5 estrategias para que vuelva a enamorarse de mí

Capítulo 3

Soraya levantó la cabeza para encontrarse con los ojos rojizos de Cristión, sintiendo un escalofrío por dentro

“Mi amor, me equivoqué, ¿podemos no divorciarnos, por favor?“..

Cristián, furioso, respondió: “No divorciarnos? ¿Qué locura se te ocurrió ahora? Vete, antes de que pierda la razón por completo, no me provoques mis“, estaba completamente decepcionado de su esposa

Para conseguir el divorcio, ella había sido capaz de todo. Si no fuera por el bien de sus hijos, realmente habría querido abrirle el pecho para ver si su corazón era negro. Y en ese momento que él daba su brazo a torcer, ella no queria divorciarse, ¿qué creia que él era? ¿Basura? ¿Un juguete?

Cuando estaba contenta, jugaba con él un rato. Cuando no, lo descartaba como un par de zapatos viejos

Soraya se puso de pie, adoptando el tono arrogante de la verdadera dueña del cuerpo: “No vamos a divorciarnos, ahora veo que tú eres quien mejor me trata”.

risa fría: “Ja! Para ti soy un inválido, ¿qué bien

diez mil millones y la villa en Villas del Cielo. Con eso no te faltará de nada el resto de tu vida,

los diez mil millones, los ojos de

malvada, le dan diez mil millones solo por divorciarse. ¡Jajaja! Con ese dinero, no tendría de qué preocuparme por el resto de mi vida. ¡Diablos, hace cuánto que no disfruto comiendo y bebiendo a gusto! Con ese dinero, puedo comprar lo que quiera, ligar con

dinero, el nivel de repulsión de Cristián hacia ti se disparará a 100. No durarías ni el

al oir una voz familiar en su cabeza, y sus ojos se oscurecieron, ¿qué había escuchado? Podia oir los pensamientos de Soraya, ella estaba desesperada por divorciarse y vivir la

marido, apurate,

sus ojos rojizos, sintió un

mejor: ‘Wow! ¿Qué Soraya la original con este hombre tan guapo frente a

iban a haber dos almas en el cuerpo

efectos estaban a punto de desaparecer: ‘Chispita, ¿deberia simplemente lanzarme sobre él y hacer que él se enamore de mi fisicamente primero?“. “Puedes intentarlo!“.

de ira, y tragó saliva: “Amor, lo siento,