Capítulo 21

Clara se sentía súper incómoda. Pero a Flynn no le importaba en lo más mínimo, insistió en hacerle beber todo el vaso de agua antes de volverse a hablar con el médico: “Clara se vio arrastrada por Silvia, así que cuidar de ella es mi responsabilidad“.

Al escuchar eso, Alan rió: “¡Ah, ya veo! ¡Qué rápido te cambian los papeles!“,

Después de examinar a Clara, Alan confirmó que ya no tenía problemas graves y, sonriendo, agregó: “Con Flynn cuidándote personalmente, seguramente te recuperarás rápido“.

¡Para entonces, la cara de Clara ya estaba tan roja como un tomate!

Alan se fue riendo.

Clara quería llamar a Maite, pero Flynn dijo: “Ya pedí permiso por ti, también le expliqué a esa señora que tienes que irte de viaje por trabajo unos días“.

Ella no sabía qué responderle, y él parecía no haber notado su descontento y, con indiferencia, dijo: “Ya pedí que mi asistente trajera comida“.

Clara ya no pudo aguantar más, por lo que le preguntó: “¿Tienes miedo de que arruine la felicidad de tu hermana?“.

se rió al escuchar eso: “¿Y qué vas a usar para arruinarlo? ¿Tu cuerpo? ¿O ese viejo amor doloroso? Pensé que Raúl ya había tomado una decisión, ¿acaso todavía no

que hizo que cualquier simpatía que Clara hubiera sentido por él desapareciera al instante. Ella se

en silencio a la mujer en la cama y sonrió suavemente. ¡Parecía que

después, la secretaria de

recordó haberla visto antes en el bufete de abogados, al principio pensaba que era un interés unilateral, pero se dio cuenta de que Flynn también estaba muy interesado en ella, cuidandola personalmente e incluso utilizando

de lidiar con todo eso, estaba hambrienta, así que agradeció

¡Olía délicioso!

el cuidado de Flynn, su personalidad

Todavía estaba sentado con las piernas cruzadas, atendiendo asuntos de trabajo en su teléfono mientras decía: “¡No hay de qué! También

figura de poder e influencia, así que solo pudo responder en voz

Flynn la miró.

estaba pasando, probablemente le gustaba su apariencia y figura, porque sus ojos contenían un toque de

a la mujer frente a él, lentamente guardó su teléfono: “¿Estás

no se atrevió a mirarlo a los ojos, solo fingió beber su

después de un

yacía sola en la cama, sintiéndose desolada, todavía se sentía un poco incómoda, así que decidió cerrar los ojos y dormir. Cuando despertó de nuevo, ya eran las nueve de la noche,

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