Capítulo 32

Clara habia perdido su trabajo, pero no queria preocupar a Maite, asi que no le dijo nada. Estaba sola, sentada en un banco del parque, perdida en sus pensamientos.

A pesar del sol brillante, Clara se sentía fria. Había hecho cálculos de su situación financiera. La Oficina de Abogacia Legalis estaba a punto de cobrarle una gran suma, y también tenía que aportar algo de dinero para su padre, ya no quedaba mucho en casa.

Clara se quitó suavemente un collar delgado de su cuello, en él habia un diamante de color rosa pálido. Lo acarició durante mucho tiempo, finalmente decidiendo ir a una casa de empeño El gerente miró el collar durante mucho tiempo antes de darle un precio. “Si quieres recuperarlo en cualquier momento, solo puedo darte 6 mil dólares, pero si decides renunciar completamente a la propiedad de este collar, puedo darte 20 mil. ¿Qué te parece?“. Ese diamante rosa valia al menos 50 mil, pero ella no podia pensar en eso. ¡Necesitaba el dinero!

Clara sonrió amargamente: “Entonces renuncio por completo“.

Recibió un cheque de 20 mil dólares, juntó algo de dinero de casa y fue a Legalis a pagar Cuando salió, recibió una llamada de Lola, esta ya se habia enterado del despido de Clara por otros ¿Donde estas? Ven, te invito a comer

Como no era conveniente para Clara volver a casa, rápidamente aceptó

en la parrilla, diciendo con rabia: “Miriam es una mala personal No me gustaba desde la ummersidad. Cualquier hombre que tuviera un poco

eso, Clara sonrió ligeramente: “Bueno, finalmente consiguió lo que quería”

habia dicho, Lola se quedó atónita, luego y exclamó con indignación: “Dios mio! Ella es descarada y Raúl es terrible.

se sintiera mal, la consoló diciendo: “No te preocupes por eso! Despues de todo, Raúl es ahora el hombre de Silvia, lo que haga

es asunto nuestro”

habia dicho una vez, que Silvia habia intentado suicidarse por Raúl… Quizás Flynn sabía todo ese

empujó para animarla: “No te permitas

negó con la cabeza:

No y

que a su amiga le faltara dinero, sacó una tarjeta bancaria para darsela, pero Clara lo rechazó, diciendo suavemente: “No la necesito por

no le creia.

un pedazo de carne y lo puso en su plato,

conmigo? Eso es lo único que tu madre te dejo, lo has llevado contigo

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