Capítulo 54

Clara no se hizo la desentendida, de todas formas su relación con la familia Guzmán ya había terminado de manera definitiva.

Ella dijo con expresión natural. “No sé, solo vine a cogerlo por encargo de otra persona.”

La hermana de Raúl Guzmán, Fátima Guzmán, no pudo contenerse y la reprendió: “Clara, eres una invergüenza! ¿Antes no te gustaba mi hermano? ¿Cómo es que en tan poco tiempo ya estás viviendo con otra persona, y esa otra persona es familiar de mi hermano? ¿Estás tratando de lastimarnos a propósito?”

¿Lastimar?

Clara se rio friamente: “Ya tengo suficiente con salvarme de las manipulaciones de Raúl ¿Cómo tendría yo el poder de lastimar a la familia Guzmán?”

Fatima quiso seguir reprendiendo a Clara, pero Alexandra la detuvo a tiempo.

La actitud de Alexandra era muy amable, como siempre: “Clara, puede que no lo sepas, pero esta mañana hubo problemas en la empresa de Raúl. Oi que Flynn fue a buscarlo a propósito.”

Clara se sorprendió

Luego recordó el comportamiento anormal de Flynn la noche anterior, y aquella frase que dijo: “Después de ayudarte a resolver el problema, decidiré qué

hacer

pensó que lo decia en broma, no esperaba que

de un hombre lo hacen bastante atractivo. Y al pensarlo Clara se sintió excitada. Al mismo tiempo estaba

mostro ninguna simpatia, bajó la cabeza mirando su café y dijo con calma: “Entonces, ¿por qué me buscan en lugar

eres una chica inteligente, seguro que entiendes lo que está pasando. También se que tu relación con Flynn es una relación forzada, sé que

podia soportar oir

¡Es repugnante!

que queria reir y llorar al mismo tiempo: “Doña Alexandra, no te hagas ideas que no son. Ahora no tengo ningún interés en Raul. Te sugiero que vayas a ver a un psiquiatra, ¿cómo puedes pensar que me gustaria alguien que

vuelta y se fue

te estás pasando! No creo que ya no ames a mi hermano. Deberias

no podia más con

dijo Clara

amado profundamente a Raul, le

haría cualquier cosa

una persona con

soportarlo mas y arrojó el café restante en su copa a la

de ira

friamente ‘Fátima, deberías aprender de doña Alexandra cómo pedir algo

nunca habia sido humillada de esa manera, estaba a punto de arrojar su café sobre Clara cuando de repente una la

era

silencio en todo el café… todos los ojos estaban puestos en

severamente a su hermana: Vas a seguir armando un

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