Amor en Bucle con el Señor Bécquer by novelxo

Capítulo 61

Clara Castillo se mostró valiente y sin miedo, parecia que nada le daba miedo. Rodeo el cuello de Flynn y dijo: “No estoy de buen humor, no quiero cocinar”

Lola Bernal, quien estaba al lado, estaba emocionada de verlos.

Se sonrojó al ver cómo el abogado Bécquer abrazaba a Clara.

A Lola le hubiera gustado mirar un poco más, pero Flynn Bécquer no quería que nadie mirara, así que tomó a Clara y la colocó en su Bentley dorado estacionado frente a la puerta

Afortunadamente, Clara se comportó bien a pesar de estar borracha, se sentó obedientemente.

Flynn cerró la puerta del coche y se volvió a Lola para preguntarla con la elegancia que le caracterizaba Necesitas que te lleve a casa?”

Lola no se atrevió a aceptar su amabilidad y rápidamente nego con la cabeza diciendo: “No, no hace falta Encargate de Clara”

Flynn habia oido hablar de algunas de las hazañas de Lola. Era buena bebiendo y le gustaba la diversión. No esperaba que se llevara tan bien con alguien como Clara

Flynn asintió ligeramente y dio la vuelta para subirse al coche

El lujoso Bentley dorado se alejo lentamente….

Lola se tapó la cara y exclamó: “Realmente están hechos el uno para el otrol”

la cara con fuerza…

a un semáforo en rojo, miró a

sumisa y no hacia ruido. El olor a alcohol en su cuerpo no era tan fuerte, de

rostro estaba sonrosado y sus ojos brillantes.

Flynn le apeteció fumar, pero debido a que Clara estaba en el coche, lo dejó y condujo en silencio de regreso al apartamento

el coche se detuvo, Clara preguntó con la

coche, pero fue

se quedó atónita por un momento y levantó la vista–para mirarlo.

y sus ojos profundos. Cualquier persona que mirase desde fuera del coche no podia intuir lo fuerte que

Clara sin fuerzas

desde dentro del coche, era el sonido de

y dijo

¿Qué?

a sangrar. Tenia la mente en caos y no esperaba que Flynn le hiciera

momento

la presionó, solo la observó con

rodilla y estaba hecho de seda

podia ver parte de la delicada piel de sus piernas.

gustaban las piernas de Clara. Siempre

en el interior del coche lo habia excitado

de distancia, como si estuviera hipnotizada, desabrocho el cinturón de seguridad y se sento docilmente en su regazo. No tenia intención de hacer nada más

le preguntó en voz baja: “Entonces, ¿Vas a complacerme o quieres que yo te complazca a ti?”

vez