Capítulo 263

lan fue el primero en salir del auto

Camino alrededor, abrió la puerta y la observó en la oscuridad de la noche

El delicado cuello de Silvia estaba tenso, tan tenso que se podia ver una vena azul

lan era muy paciente

Después de un rato, Silvia finalmente salió del auto y sin prestarle atención, camino delante de él

Bajo la tenue luz de la calle

Su delgada figura delgada se escondia en la sombra de los álamos. A principios del otoño, las hojas de los árboles ya comenzaban a marchitarse, y parecía haber una pizca de melancolia en el aire.

lan cerró la puerta del auto

Camino rápidamente para atrapar su muñeca y antes de que ella pudiera reaccionar, la arrastró hacia el

Quizás fue la seducción de la noche, o tal vez fue el ambiente.

Sus promesas de autocontrol, desaparecieron

Bajo el arbol, la beso, agarrandola por la nuca, presionandola casi brutalmente contra el tronco del árbol… la invadió profundamente, hasta el punto que ella apenas podia respirar

“lan Sueltame

Silvia golpeó su hombro, luchando desesperadamente, pero no podia moverlo

Pronto, su boca y nariz estaban llenas del olor a tabaco.

Por todas partes, jera su aromal

lan parecia limpio, pero solo ella sabia cómo había sido manchada por él, su suave aroma masculino permanecería en ella durante mucho tiempo

El beso brutal duró un buen rato

Finalmente, el la libero de su agarre

A continuación, su rostro delgado y apuesto recibió una bofetada, el sonido resonó especialmente en la oscuridad de la noche.

lan era un hombre encantador

eran un pasatiempo para él, ninguna

Silvia lo hizo

para besarme? ¿lan, qué soy para ti? ¿Me trajiste aqui para seguir siendo

amante?

Lo siento, no pude evitario en ese momento“. Hacia mucho tiempo que no la tenía, y no era un hombre arrogante. Sabia que su cuerpo la deseaba, incluso despues de todos estos años sin olvidar esos momentos

que había ido demasiado lejos con ese

finalmente accedio, después de todo, tenían un hijo juntos, y temia que con su

tarde, entraron en el apartamento

antes, lujoso y

la garganta. Se apretó la mano con fuerza y se dijo a si misma que no se dejania seducir por su aparente amabilidad lan era un maestro en ganarse el corazón

casa. No soy como St. Molina, si estoy de acuerdo

le casarias con nadie más

Ella no respondió

se oscureció un poco, camino hacia el sofá y se sento invitandola a hacer lo mismo “Sientate y revisa estos

mordió

era tu hijo y no tenia razón para rechazario Al menos, eso es lo que su cuñade le habia aconsejado Su cuñade decía que si no podia tener al hombre, entonces el manos debería tener u dinero Por ejemplo, cuando rompió con su hermano, este le

to

de la escuela de

se habia llenado un poco más, parecia

poco de sobrepeso, tal vez

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y

Capitulo

asi, mientras iba a la nevera y seleccionaba cuidadosamente algunas frutas. Las corto y las puso en un plato que le entregó Silvia lo miró. Él la miraba con atención y continuo “No puse nada desordenado en la nevera“. Lo que realmente estaba notando es que esa noche habia cenado en un restaurante elegante, pero

comió algo fruta.

perfil, su boca pequeña y

pudo evitar decir con temura “En

documentos que tenia en la mano y de repente habló en voz baja Sr

Daniel, no tenemos ningún vinculo. No es necesario que hagas que parezca que volvemos a ser

y

apartamento tenia demasiados recuerdos, algunos apasionados y dulces, pero en ese momento, todo parecia

ignoraban mutuamente

mis bienes personales. Lo que he dejado a un lado y que no puede dividirse dentro de la familia Molina Debes saber que esto no es solo para la manutención de nuestro hijo. Silvia, no me

con voz tensa

Medellin Dos miembros de su equipo munieron en un accidente de auto Fue un desastre total, sin testigos lan no podia permitir que Silvia y Daniel comeran peligro. Tampoco podía decirle la verdad, ya que el proyecto era

¿Por qué deberia esperar por ti? Hace tres años me hiciste esperar. Esperé en Bogota, esperé en este apartamento. Y ahora me pides que siga esperando. Sr Molina, ¿cuántos dos años crees que tiene una

dado a luz al hijo de lan, y él quería que esperara dos años más. Entendía lo que él quería decir. Había sido su secretana y su amante, y cada vez que venia a

esos

llegó “Sr Molina, ¡no quiero

quedó

Solo llamó al secretario Gonzalo, su voz cansada

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