Capítulo 12

Me acurruqué, abrazándome la cabeza, sin atreverme a hacer ruido, ni a mirar a nada ni a nadie. El olor

a s

sangre y los gritos resonaban en el callejón, la lluvia caia fuerte y la oscuridad era tan espesa que no podia verle la cara al tipo, solo sabia que era un tipo grande y que golpeaba con saña, como si quisiera asegurarse de que su victima no se levantara nunca más. Cuando escuché la sirena de la policía, finalmente, senti que podía respirar.

“¡La policía!”.

Para cuando los policías llegaron, la sombra alta ya se había escapado tambaleándose, dejando solo un charco de sangre en el suelo que me confirmaba que no había sido una alucinación.

“¿Quién fue?”, me preguntó uno de los policias.

Me quedé en silencio, acurrucada en una esquina.

“Un loco, ¿no son ustedes policías? ¡Vayan y atrápenlo!”, gritaba uno de los hombres.

Un policia se me acercó: “¿Viste al que pegó, hacia dónde se fue?”.

Solo pude negar con la cabeza, aturdida. Aunque lo hubiera visto, no iba a decirles nada, pensaba que esos tipos se lo merecian.

abusar de mi”, dije con voz

ceño: “¡Llévenselos

puta”, se burlaban los

me ponía

la

temblando. Justo al salir del callejón, vi el coche de Renán, él había vuelto, bajandose del coche, parado bajo la lluvia, luciendo algo desaliñado. Dio un paso hacia mí, como si quisiera hablar, pero, aunque su garganta se movía, no salió voz alguna, entonces me quedé parada, mirándolo, y solté una risa irónica: “Renán,

más, ese amor, esa gratitud, solo me había traido heridas.

le dije con un nudo en la garganta, rogándole que me dejara. Sabía que su prisa por

con la chaqueta de un policia y pálida, le sonrei. “Renán, ya no te amo”.

inmóvil, sin acercarse; probablemente avergonzado

mientras caminaba. Cojeando, subí al coche de policia, sintiéndome como un alma en pena, y en la comisaria, no mencioné nada sobre ese

de dar mi declaración, el policía me dejó ir; mi pie dolia tanto que estaba adormecido, caminé sin sentir

sostuvo un paraguas sobre mí.

1/2

12:08

Capítulo 12

mirada y vi a un

te lastimaste el pie, justo voy para el hospital, puedo llevarte”, al ver mi desconfianza, se presentó. “Soy detective, me llamo Lucas, no tienes por

su coche,

me pasó unas toallitas húmedas para limpiarme: “No te preocupes, mañana

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255