Capitulo 52

De repente, como si mi cabeza estuviera a punto de estallar, ¿quién me estaba enseñando a defenderme?

Esa voz, desconocida y sin embargo familiar, ¿quién era? Después del accidente de tráfico cuando tenia dieciocho años. ¿a quién habia olvidado? Siempre senti que habia olvidado a alguien muy importante, por más que intentaba, no podia recordarlo!

¡pero

“Nayri…“. probablemente dolido, Kent se agarraba el cuello con una mirada ardiente clavada en mi, y luego, como si enloqueciera, comenzó a buscar frenéticamente. Finalmente, debajo de la toalla, encontró una pulsera.

Mire atonita aquella pulsera, era la misma que le habla dado al ladrón antes, también era la que el asesino habia puesto en sus victimas. Pero la policia ya habla encontrado a las victimas, esa pulsera deberia estar en manos de la ley. ¿acaso era otra igual?

acurrucó en

varias veces, forzandome a calmarme. Anoche, mientras estaba inconsciente, algunos recuerdos que no eran mios se colaron en mi mente, parecian ser los

a la familia Linares. Para salvar la empresa de los Galindo, Ainara fue etiquetada como un objeto y entregada a la familia Linares, donde Federico Linares, el hombre que acababa de ver en la silla de ruedas, la forzó a tomar medicamentos para estimular la ovulación. Debido a que el corazón de la persona original no era fuerte, esos medicamentos eran demasiado para ella y murió de un susto después de ser arrojada a una habitación. Y yo, por alguna coincidencia. renaci en su

con él. Necesitaba mantener mi disfraz y asegurar a ese sospechoso principal que no

miró, sus ojos profundos y mezclados parecian absorberme, una belleza peligrosamente atrayente. Alli estaba, completamente desnudo en el rincón, como si fuera la pieza de arte más perfecta de la mitologia griega.

podría ser un asesino psicopata, cualquiera sería seducido por su belleza. Su fisico era demasiado perfecto, piernas largas y fuertes, probablemente porque tenía sangre blanca, su piel era mucho más clara que la de

salir de aqui?“, le pregunté con cautela, tratando de suavizar mi voz.

me miraba, en silencio.

de repente, llamó mi

segura si había dicho Nayra o Ainara, él parecía de repente emocionado, sus ojos se enrojecieron, se acercó lentamente con contención y se

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