Capítulo 144

“Ella es inocente“, dijo Kent sobre Helda. Entonces, eso significaba que él sabia quién estaba detrás del asesinato, y que él no era el que mataba a personas inocentes.

La puerta del dormitorio se abrió de golpe, y estaba completamente vacio, no había nadie en ningún lado, Revise cada habitación de la casa, y nada.

Pero, otro ruido vino del armario de la habitación. Lucas y yo intercamblamos una mirada y corrimos hacia alla, abriendo las puertas del armario de un tirón: Helda estaba alli, estaba atada, con un pañuelo en la boca, encerrada en el armario, por suerte, estaba viva, solo un poco deshidratada.

“Helda!“, Lucas le quito tas ataduras y le sacó el pañuelo de la boca.

“Ese desgraciado nos está advirtiendo“, ella estaba aterrada, gritando, y se desmayó en los brazos de Lucas.

llevo al hospital!“, Lucas la levantó en brazos y salió corriendo.

Intente seguirlo, pero de repente senti un escalofrio en la espalda y me giré para ver la fotografia artistica. colgada en la sala y un instante de terror me hizo gritar.

La fotografia de cuando bailaba ballet fue reemplazada por una de cuando el asesino me habla puesto en una vitrina de cristal, acomodada como un maniqui. Lucas también se detuvo al darse cuenta de que la foto habia sido cambiada, cuando entramos y encendimos la luz, nuestra atención estaba en el dormitorio y no nos dimos cuenta de que la foto ya habia sido sustituida.

tapo los ojos con sus manos, temblando:

pudiera moverme.

goteando de sangre,

Kent me tapaba los ojos, podia oler ese intenso olor a sangre. El vestido

no ha coagulado,

la voz ronca, mirando cada rincon de la habitación, luego pateó la puerta del baño, perdiendo el control: “Calculó exactamente cuándo vendriamos, cuando veriamos

Helda en el sofá y me pidió que la

puso a la victima en una vitrina de cristal, calculando meticulosamente sus signos vitales. Tiene que saber de matemáticas, de medicina“, Kent murmuraba para si mismo, y luego se giró hacia el zapatero en la entrada.

en la puerta. Habla traido a un montón de gente. parecian

que se apartara, que no trajera gente

Renán hacia Kent era demasiado: “Esta es la casa de Nayra, ella es mi prometida,

de la

toquen nada de aqui!“, de repente, Kent pareció enloquecer, tratando

yo gritamos su nombre, estábamos furiosos. “No dejes

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