!Canalla ¿Satisfecho con mi muerte?

Capítulo 190

Tiara me asustó y retrocedí rápidamente.

Nunca imaginé que Tiara tuviera tanta fuerza; de repente se lanzó hacia mi y me empujó.

Perdi el equilibrio y cai hacia atrás.

Mi cabeza golpeó justo en el banquito de Tiara, y mi visión se oscureció.

*Fuiste tú quien los mató, fuiste tú la que se llevó a Kent, y luego lo abandonaste, jeres tan mala!”

Aturdida, segui escuchando el llanto de Tiara.

“Me llamo Nayra, ¿cómo te llamas tú?”

“¿Te has lastimado?*

En mi mente, muchos recuerdos sellados por el tiempo comenzaron a emerger lentamente.

Detrás del orfanato, en el césped, un pequeño niño de mirada triste y cuerpo lleno de heridas se escondía en un rincón.

La niña del vestido rojo lo descubrió y sacó una curita de su bolso. “¿Te duele?”

El pequeño sacudió la cabeza, confundido.

“¡Bastardo, ojos azules! ¡No lloras, no ríes, no sientes dolor!”

Un grupo de niños del orfanato, riendo y alborotando, le lanzaban piedras a Kent.

Decian que el niño era un bastardo porque tenía un par de ojos encantadores, como las estrellas en el cielo.

quien eh!“, exclamó la niña del vestido rojo, colocándose frente al niño para defenderlo, recogiendo piedras del suelo. “Si

es ella? ¿Es nueva aquí? ¿No

vestido que lleva,

“¡Es nuevo!”

quitamos su vestido, será

rojo y ordenaron a los pocos niños que tenían que arrancarle el vestido

se quedó parada llorando

del suelo, arrojó a uno del los niños y le dio un fuerte golpe en la cabeza al

aterrorizó, gritando por

Papá…

lentamente, y los rostros de todos en mi memoria comenzaron a

rojo era

golpeaba era Kent.

mi papá, junto con el director del orfanato.

Capitulo 190

está pasando aqui?” Kent fue llevado a la sala de castigo, el

papá prometió que la próxima vez que viniera les traería uno a

y al irme, vi al joven escondido junto a la ventana mirándome.

Kent, y esos ojos,

conozco a Kent

habia olvidado esos recuerdos.

pero tengo que prepararme para los exámenes finales, después de graduarme, estaremos juntos. ¿de acuerdo?”

“Kent… ¿puedes esperarme?”

Kent.

Kent…

“¡Nayra!”

irrumpió por la puerta, escuché voces conocidas, eran Helda y Lucas, y