!Canalla ¿Satisfecho con mi muerte?

Capítulo 219

Llegué a casa y convencí a Kent para que se acostara a dormir.

Parecía haberle tomado el gusto a hacerse el pobre, diciendo que tenia fiebre, que le dolía la mano, el pie, que si le daba un baño.

Si al menos fuera tranquilo, pero bañarlo es todo un show…

Y es que él no tiene medida, antes se quitaba la ropa él solo, y ahora me deja a mi empapada también.

“¡Osvaldo!” Lo llamé entre dientes, toda mojada.

“Nayri, te mojaste, vamos a bañarnos juntos.” Kent me miraba con

esa cara de que no había roto un plato, muy serio, intentando desabrocharme la blusa.

Le di un manotazo en la mano, respiré hondo y me calmé recordándome que él es mi esposo, mi esposo…

Es mi culpa, siempre lo consiento demasiado.

“Nayri…”

El celular de Nayra sonó, y para que no se mojara, lo había dejado

sobre el nicho del baño.

Kent se acercó para ayudarme a levantar el teléfono, luego de ver claramente que quien llamaba era Renán, su rostro se oscureció y sus dedos se relajaron…

estaba yo, viendo mi celular caer al agua, luchando por unos. segundos antes de apagarse para

ira en mi subió de

bloqueado el número de Renán, y estoy casi segura

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Capitulo 219

que fue Kent.

me duele la herida con el agua, no lo agarré bien, ¿no te enojarás conmigo?” Kent me miraba con esos ojos de cordero degollado, y no había ni rastro de la sombra que tenía al tirar mi celular, parecía un

estaba yo, apagando mi enojo con

remedio, lo

ya es el tercer celular que me destrozas.” Dije apretando los dientes, intentando controlar mi enojo. “La próxima vez, ni lo

acaso el celular es

“¿Importante?”

y de repente, me tiró hacia él en la bañera, quedando encima de

explotó en ese momento, y luego se extinguió tan rápido como un rayo

piel es tan clara, sus músculos tan bien definidos, las gotas de agua resbalando por su cuerpo… parecía una sirena emergiendo por primera vez a la superficie, ajena a

Dijo

resbalosa que… acabamos

aguanté más y le mordí el

Capitulo 219

tensó por un momento, sin moverse, sin empujarme,

enojada… todavía te gusta morder a la gente“.”

pronto, y de repente se dio

cubrió mi cabeza, y por instinto contuve la respiración, pero