!Canalla ¿Satisfecho con mi muerte?

Capítulo 240

Si no se arrancan esas malas hierbas, más temprano que tarde volverán a surgir.

“Entonces sólo queda que el jardinero sea más diligente, hay que arrancar más hierbas. Si no se pueden erradicar de raiz, al menos hay que asustarlas para que no crezcan tan rápido, o se les arranca“, susurraba Kent en voz baja.

En realidad, yo podia captar el subtexto en sus palabras, pero como él y Nicanor no me evitaban, me daba cosa preguntar.

“¿Te apetece ir al teatro?” me preguntó Kent, apoyando su cabeza en mi hombro después de comer.

Con Nicanor ausente, volvia a ser ese pegajoso de siempre.

“Te llevare al teatro.” Alzando una ceja, tomé la mano de Kent. “Supongo que Alfredo y la señora Galindo deben estar deseando devorarme viva en este momento.”

Haber colgado a su preciada hija del viga toda la noche debía tenerlos desconsolados.

“Tú me tienes a mi.” Kent to decia en serio, quiándome hacia la salida.

Lo segui y hablé inconscientemente. “Vaya, qué piernas tan largas tienes…”

En los últimos años, ¿este chico ha estado comiendo fertilizantes químicos? En los fragmentos borrosos de mi memoria, cuando le mandaba ropa no pasaba del metro ochenta, y ahora… debe medir como uno ochenta y ocho, ¿no?

sonrió de

buen rato darme cuenta de lo que insinuaba

Familia Linares.

habia cruzado la puerta cuando Sandra se lanzó hacia

a mi, mirándola friamente.

tropezó al no poder frenar, y al esquivarla, Sandra

necesario que nos hagas reverencias tan temprano.” Kent hablaba con seriedad.

enojadísima, apuntaba con el dedo hacia mi y me gritaba. “¡Ainara, estás loca! Debes haber contraido la

pero Kent le sujetó la muñeca y

en esta ocasión su carisma duró más de tres segundos. “¿Quién te dio permiso de tocar a

se quedó en shock, mirando a Alfredo por instinto.

es un asunto de familia” Alfredo todavía estaba probando si

que ya habian pedido doscientos millones de inversión al viejo y me la vendieron?” La voz de Kent era profunda, protegiéndome en sus brazos. “Ya que me la

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truncia el ceño, un tonto de repente con una

que…

también lo

de todas sus facetas era la más