Capitulo 282

Sentia una presión en el aire, una tensión que bajaba el ánimo,

De la nada, me invadió la sensación de que alguien iba a tener mala suerte.

“Señor, suba al carro“, dijo Nicanor, que también habla llegado, instándonos a subir.

El tal Dacio estaba alli para supervisar que fuéramos al funeral, y antes de subir, no perdió la oportunidad de provocar. “Ainara, recuerdo que en tus tiempos de estudiante, con veinte o treinta pesos te teníamos a mano, ¿ya subieron los precios?”

Agarré fuerte la mano de Kent. Era muy probable que Braulio hubiera enviado a este tipo a propósito para incitarnos, asi que no era el momento de reaccionar; los reporteros estaban por todos lados.

“Ve al frente“, dijo Kent con calma después de subirse al auto y le pidió a Nicanor que tomara la delantera.

El carro de Dacio nos seguia de cerca.

Nicanor manejaba rápido y Dacio se apresuraba por alcanzarnos.

“Toma el atajo“, murmuró Kent con voz grave.

Sabia lo que Kent queria hacer, queria detenerlo, pero sus ojos estaban demasiado frios.

“Frena.”

Kent calculó bien el momento para que Nicanor pisara el freno.

Nicanor frenó de golpe y el carro de Dacio, que no pudo reaccionar a tiempo, solo tuvo la opción de girar el volante con fuerza, estrellándose contra la barrera de protección.

Estábamos en un camino secundario, debajo de un puente, sin cámaras ni testigos alrededor.

cubrió mis ojos con su mano. “No abras los ojos, cuenta hasta

mis manos

dirigió hacia el

estaba en el asiento del copiloto y se habla lastimado al chocar contra

con fuerza sorprendente, abrió la puerta torcida del carro y sacó

Dacio todavia podía sonreír, desafiante y sangrando por la boca. “Un idiota y una cualquiera… perfectos el uno para el otro.”

pronto se

algo que

silenciar a la persona. Golpeó a Dacio en la garganta y luego le

la muñeca que me

rápidamente

habia alguien en el carro de Dacio grabando en

Capitulo 282

era el verdadero

para capturar su lado violento y luego

el para detenerlo, mirando friamente al hombre dentro del carro.

asustado, intento cerrar la puerta,

con fuerza y traté de

protegió por detrás, sacó al hombre del

hombre, temblando, dijo: “Ya… ya

vídeo a Braulio.

breve silencio, su mirada imperturbable, y

carro.

si ya estuviera acostumbrado, ni siquiera bajó del vehiculo.

no dijo nada, sólo me pasó una

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