!Canalla ¿Satisfecho con mi muerte?

Capítulo 315

Con la voz ronca llamé el nombre de Kent.

Él golpeaba a Adrián en la cara una y otra vez, como si se hubiera vuelto loco.

Aquellos tipos se asustaron con su actitud, y uno tras otro cayeron al suelo tras recibir un golpe con el palo.

En ese instante, Kent parecía una bestia desprovista de humanidad, con una sola idea en mente: acabar con todos ellos.

“Kent…” repetí su nombre, intentando devolverle la razón.

No quería que lo volvieran a internar en un hospital psiquiátrico.

Quizás porque escuchó mi llamado, Kent dejó caer el palo y con el cuerpo cubierto en sangre, se acercó hacia mí.

Cayó al suelo y me abrazó fuerte, cubriendo mis ojos con sus manos, temblando y desorientado, como un niño que hizo algo malo. “Nayri… no mires, por favor, no mires…”

Llorando me acurruqué en sus brazos, mi vestido empapado en sangre.

“Me duele… me duele el estómago.”

¿Estaba destinada a no ser madre?

¿O era esta… mi suerte después de todo?

Al principio, quería que este niño tuviera un heredero del famoso Linares. Tener este hijo me permitiría hacer lo que quiero con la ayuda del poder del famoso Linares y el estatus de Felipe.

Escapar de esa habitación, descubrir al verdadero culpable…

Pero poco a poco, como madre, comencé a aceptar su existencia, a anticipar su llegada… Instintivamente protegía mi vientre en situaciones de peligro, movida por el instinto maternal de protegerlo a toda costa.

no poder salvar a

“Nayri…”

consciencia se desvanecía, y

llena de llanto y

tan cruel con él, por

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tanto dolor

ver cómo su propio hijo se desvanecia poco a poco…

que pudiera seguir adelante con

estaba

Vi a Kent dejarme en el suelo, recoger el palo

miró a Kent con horror, intentando con todas

la pelea, sino también

podían levantarse, nadie podía protegerlo

no puedes

de agonía se escuchó.

a Kent, pero el dolor era tan intenso

“Nayra! Osvaldo!”

se abrió de golpe,

brutalmente en la

mano, pero finalmente perdí la consciencia.

tiempo estuve inconsciente.

a un bebé que

grité y quise recuperar al niño, pero la otra persona caminaba demasiado rápido, corría con todas mis fuerzas pero no podía alcanzarla, solo

desaparecían…

ser yo misma, soy yo quien merecía

esto es mi castigo.”