Capítulo 16 Lo siento, ¡me he casado!

En medio de la pista de baile, habían terminado su presentación. A Santiago le había encantado bailar, aunque notó que la expresión y las acciones de Valentina parecían forzadas. En realidad, eso le pareció muy divertido.

Aun así, su mano seguía en la cintura de Valentina, sin querer soltarla.

-Señor Mendoza, ya puede soltarme-dijo Valentina con una sonrisa forzada.

Santiago frunció ligeramente el ceño ante su comentario. Respondió con un poco de arrogancia y celos:

-No me llames así en el futuro.

Valentina se quedó desconcertada por su extraño celo. De repente, él le entregó su bolso.

¡Era su bolso!

Valentina se alegró y se sorprendió. Quiso agradecerle, pero luego recordó la mordida en su hombro, la cual todavía le dolía bastante.

Este hombre extraño no solo la había mordido, ¡sino que también le había robado el bolso! No pudo evitar apretar los dientes y soltó unas palabras sin piedad:

-¡Ladrón… despreciable!

Lo murmuró en voz muy bajita. Después de todo, ese hombre no era alguien fácil de ofender. Sin embargo, desafortunadamente, Santiago lo escuchó…

Justo cuando estaba

ella, mientras que Manuel se acercaba y le entregaba

de Thiago Bustos, el líder de la organización “Las Sombras”, una organización secreta que

pero Santiago le pidió que viniera a

sobre el

reciente sobre esas personas. Entre los

ya lo he arreglado todo. Solo necesita irse de aquí

pero no la encontró. Quería

con vida y trácmela ordenó

varias instrucciones a Manuel,

no estaba. Manuel le informó

la habitación era simplemente un doble y que Santiago había salido de

entrado en la habitación del “Don Mendoza”. No entendía

Valentina.

astuta en este aspecto. Había percibido claramente la sensación posesiva de Santiago. Por lo tanto, le dijo a

enviaremos a su cama como un regalo para él, en cambio de la ayuda de la familia Mendoza. El territorio de la familia Lancaster solo se limita en la ciudad de Coralia, incluso si el Don Mendoza realmente se interesa por Valentina, ella solo será un entretenimiento para él. Una familia tan poderosa

en absoluto; lo que le importaba era el interés de la

Después del matrimonio, si al Don Mendoza todavía le interesa esa mujer, tampoco le importaría enviarla

la multitud.

la

un agudo dolor por el agarre y apartó

¿Para invitarlo como el testigo de nuestro “matrimonio”? Si esa es tu

por lo que sus palabras atrajeron la atención

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