Capítulo 40: Rogar Misericordia a Valentina

-Señorita Lancaster, lo siento, todo es mi culpa, no… en realldad es culpa de Luna, iyo no hice nada! Por favor, ayúdame, no puedo perder ml trabajo en la Corporación Mendoza, imi familia tampoco puede perder la colaboración con la Compañía Hamilton!

Al oír esto, Luna se quedó paralizada. Entonces se dio cuenta de que Leandro no estaba arrodillado para proponerle matrimonio, sino para rogar misericordia a Valentinal

Luna no podía creer lo que vela ni lo que ola.

-Leo. ¿qué estás diciendo?

-¿A qué te refieres con perder tu trabajo en la Corporación Mendoza? ¿Perder la colaboración con la Compañía Hamilton? -Luna lo miraba incrédula.

Al escuchar su voz, Leandro se enfureció aún más.

-¿Cómo puedes preguntar eso? ¡Es por tu culpa que ofendi al señor Dylan!

-Señorita Lancaster, si quieres culpar a alguien, culpa a Luna. Desde ahora, ¡no tengo nada quel ver con ella! Por favor, habla con el señor Dylan y también con el señor Mendoza. He averiguado. que fue el señor Mendoza quien personalmente ordenó mi despido…

“¿Señor Mendoza?>>

colaboración entre la Empresa Cabrera y la Compañía Hamilton se habia ido al traste, y Leandro había perdido su

Corporación Mendoza.

podía hacer

señor Dylan. ¡Ni siquiera conozco a ningún señor

en la casa de la familia Rodriguez y el aterrador secuestro en la calle. Para ella, «señor Mendoza» era sinónimo de peligro. ¡Preferiría no volver

él

aún más. Con una mirada astuta, como si de repente se le ocurriera una idea,

que ella también

-¡Ay!

rodillas al suelo y raspándose la piel. Pero Leandro

espectáculo, fulste tú, tu madre y tu tia las

a Luna, y bajo esa mirada, Luna se sintió extremadamente humillada. Las otras damas también adoptaron una actitud de espectadoras ansiosas. Lo que debía ser una ocasión para humillar a

continuó apresuradamente-. ¡Pidele disculpas a la señorita Lancaster!

solo se rio

señor Dylan ni

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