Capítulo 91: Deseando Acercarse a Ella

Cuando Santiago regresó a la Villa de Los Pinares, ya habla oscurecido. Sin embargo, Valentina aún no habla vuelto.

Santiago llamó a Valentina, pero su teléfono estaba apagado.

Mientras tanto, Valentina, concentrada, miraba la pantalla de su computadora, replicando el diseño de unas joyas basándose en su memoria, sin darse cuenta de que su teléfono se habia apagado.

Al terminar el último diseño e imprimirlo, Giselle, con incredulidad en sus ojos, dijo:

-¡Esto… esto son los diseños de las joyas que vimos antes!

El momento había sido demasiado caótico. Ella solo recordaba algunos rasgos distintivos de las joyas. Pero su jefa Valentina, en tan poco tiempo, había logrado recordar completamente todos los diseños.

Giselle miraba a Valentina con una mezcla de respeto y asombro. De repente, Valentina le preguntó:

-¿Sabes cómo tallar y fabricarlas?

Giselle, sorprendida y algo nerviosa, respondió:

-Estudié cómo hacerlo, pero nunca lo he practicado con materiales reales.

Valentina le dio una mirada alentadora:

-Entonces, ¿por qué no lo intentas ahora?

Justo después de decir esto, Alonso entró en la oficina, cargando una caja. Al entrar, percibió la tensión en el ambiente, pero optó por no preguntar.

Se acercó y entregó la caja a Valentina:

-Señorita Lancaster, aquí tiene todo lo que pidió.

Valentina, encantada, tomó la caja.

ha sido de gran ayuda. Ahora mismo mandaré a

llamar a Dante,

asuntos más importantes.

+15 BONOS

a demorarse. Después de despedir a Alonso, llevó

a punto de pedir

detuvo frente a ella.

Alonso,

Lancaster, ¿a dónde

aún

-Está bien.

se negó, subió al coche y mencionó su

Alonso pareció darse cuenta de que Valentina estaba pensativa y

hablar mucho.

a su

del coche y

ya habían sido llevados por Marc,

máquinas aún estaban allí.

que Alonso le habia dado y comenzó

inmediatamente.

la fábrica, Alonso no

única habitación iluminada en la fábrica, sintiendo una extraña atracción

Valentina.

Valentina eran tan parecidos a los de Lucy, aunque sabia que ella

corazón lo impulsaba a acercarse a

como si hubiera tomado una decisión, Alonso sacó su teléfono y llamó

asistente.

Joyas y dile a mi abuelo

+15 BONOS

Alonso entró a la fábrica con

tanto, Santiago, con el rostro tenso, escuchaba el

Joyas, señor, ¡claramente quería dejarle este desastre a la señorita Lancaster!

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