Capítulo 152: Entregando a la Bella Dama

-Noah, ¿qué diablos pretendes? -preguntó Valentina, sin ocultar su desdén hacia él.

Noah recordó lo que su abuela Lucinda le habla dicho después de dejar la Villa Lancaster. Por alguna razón, la abuela habla empezado a advertirle que se alejara de Aitana. Pero, si Valentina no hubiera dicho esas cosas aquel día en casa de los Lancaster, su abuela no habría empezado a tomarle antipatia a Aitana. ¡TODO ERA CULPA DE VALENTINA! Con ese pensamiento, la mirada

de Noah hacia Valentina se volvió aún más penetrante:

-He venido a advertirte que dejes de tener malos pensamientos hacia Aitana. Además, hoy don

Raúl va a reconocer a su nueva nieta, así que mejor guarda tus trucos seductores.

Valentina, confundida, pensó: «Si no fuera por esa expresión tan desagradable en su cara, casi podría creer que Noah es un santo. ¿Así que no debe tener malos pensamientos hacia Aitana? ¿Y que debe dejar de seducir a la gente?>>

-¡Lárgate, idiota! ¿Tus padres saben que te metes en todo?

Valentina, enfrentando la mirada de Noah, deseó poder echarlo de una patada si no fuera porque

estaban en la celebración del don Raúl,

-¡Valentina!

-¿Yo qué? -desafió ella.

Si no podia usar las manos, usaría su boca. Valentina no le dio a Noah oportunidad de hablar:

-Tranquilo tonto, a tu querida Aitana le daré una lección en cuanto tenga la oportunidad. Será mejor que la cuides bien y no la dejes salir a hacer alarde, o algún día acabaré con ella.

No iba a dejar pasar así la humillación de esos cien millones de dólares.

-¡Ni sueñes…!

era vulgar y no se comparaba en

Aitana. Al parecer, Noah, sintiéndose incapaz de

aparecerte

Al darse la vuelta, se encontró con unos ojos sonrientes y burlones. Dylan… Valentina no supo qué decir. ¿Cuándo había llegado él? Hasta hace un momento estaba siguiendo a Alonso. ¿Había visto todo con esos ojos juguetones? Valentina forzó una sonrisa, decidiendo ignorarlo. Pero

en cuanto intentó

en sus ojos y, sin esperar a que preguntara,

Rodriguez en Coralla es grande, pero Noah solo recibe el cariño de dona Lucinda. En realidad, no tiene

cara llena de complacencia. La mujer frente a él era del agrado de Santiago. La novia de su buen amigo y la dama de la Corporación Mendoza,

y mantener una

Valentina: «¿Qué está insinuando?”

sintiendo por alguna razón que la manera en que

como si tuviera algún

ja, ja… Señor Hamilton,

una

¡Ella está fingiendo no

Iba a

pero de repente

ceja resignado y luego miró a Valentina, haciendo que

y de repente, con

iré

esto, Dylan se dirigió hacia la

quedó paralizada por un momento: «¿Ir a buscar vino? El Señor Hamilton es conocido por

sintió

Dylan acercarse con dos copas de vino

por instinto, Valentina se giró y comenzó a

huyendo y una sonrisa de triunfo apareció en su rostro. Luego sacó su móvil y

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