Capítulo 156: El Regalo de Abuelo

Aitana escuchaba esas voces que le resultaban tan molestas. Sin darse cuenta, había apretado los puños con fuerza. ¿Cómo podía ser Valentina? ¿Por qué tenía que ser ella? A lo lejos, Noah también miraba a Valentina, incrédulo. Hublera preferido que fuera cualquiera menos Valentina, pero don Raúl parecia tenerle un aprecio especial.

«Esa Valentina realmente tiene algo especial», pensó doña Lucinda, sorprendida de que la nueval nieta reconocida por don Raúl fuera Valentina. Valentina habla conseguido una gran oportunidad. Si Noah hubiera logrado mantener a Valentina a su lado, las familias Rodriguez y Valenzuela ahora serian parientes, una unión llena de riqueza y oportunidades. Todos los presentes tenian sus ojos puestos en Valentina.

En ese momento, Valentina parecía completamente perdida. De repente, don Raúl suspiró y una lágrima se deslizó por su mejilla. Valentina recordó el cariño que el anciano tenía por su hija aquel día en el parque y, conmovida, dijo suavemente:

-Está bien.

La cara de don Raúl se iluminó de felicidad.

-Bien, bien, ven aquí, Valen, ofréceme flores y haz una reverencia ante todos los presentes. Desde hoy, eres parte de la familia Valenzuela.

Don Raúl le hizo una señal a Alonso, quien, a pesar de no mostrar su habitual sonrisa elegante. obedeció bajo la mirada de don Raúl y le entregó a Valentina el ramo de flores ya preparado.

Cuando Valentina estaba a punto de tomar las flores, Alonso de repente dijo:

-Valentina…

Sus miradas se encontraron y, por alguna razón, Valentina vio un atisbo de dolor en sus ojos. Sin embargo, no indagó más en ello.

Tomando las flores, Valentina se arrodillo ante su abuelo:

-Abuelo, por favor, acepta mis flores.

Don Raúl las aceptó, luego le entregó una tarjeta negra a Valentina.

-Toma, Valen, este es mi regalo, cuidalo bien.

Valentina se sintió abrumada por el peso de la tarjeta negra en su mano. Todos los presentes

observaban la tarjeta, asombrados. Eso era típico de una gran familia: hasta los regalos se hacían con tarjetas negras.

Su marido… ¿Qué hacía él allí? Parecia estar mirando en su dirección. Siguiendo su mirada, Valentina vio a Lucía de pie junto a ella y todo cobró sentido. Lucía era su nueva

-Felicidades, Valentina.

de Lucía sonó

ese momento, Lucía habla ocultado todas sus emociones, sonriendo ampliamente mientras extendia la

la sonrisa, aceptando

-Gracias.

esta noche eres la protagonista, diviértete. Tengo cosas que hacer, así que no podré acompañarte, pero como hermanas, seguro tendremos mucho tiempo más adelante

echó otra mirada

bien

sonrisa de Lucia

su esposo, pero, aunque estaba seguro de haberlo visto

en los labios de Valentina al pensar en

ido, ¿qué hacía

hacer,

de Lucía resonaban en su mente, hiriendo el corazón de

podría ser tan importante en medio de la noche? -murmuro

para si.

se inundó con imágenes de Lucía

a los que venían a

volver a

a casa -dijo Valentina, visiblemente

+15 BONOS

haber bebido poco.

ya se habla

melancolla, habla bebido más de la

embriaguez de Valentina, no confiaba en dejarla ir sola en un

casa.

-Yo te llevo.

para el viaje y subió al asiento trasero

se fue, Altana

a Valentina y al señor Valenzuela subir al coche, los ojos

-Cariño…

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