Capitulo 226: Su Apoyo

Valentina percibió la gravedad en la voz de Alonso y preguntó de inmediato:

-¿Qué sucedió? ¿Es algo con abuelo?

–Vuelve primero,

Alonso no ofreció más detalles. Pero, como si no estuviera tranquilo, añadió:

-Yo voy por ti.

Tras decir esto, Alonso colgó el teléfono. Valentina miró fijamente su móvil, perpleja. ¿Qué podría haber ocurrido para que Alonso estuviera tan preocupado? Elara notó su expresión preocupada.

Señorita Lancaster, ¿qué pasa?

Valentina esbozó una sonrisa forzada.

-Nada, señorita Bennett. Pero me temo que no puedo retenerte más. Haré que te fabriquen ese broche cuanto antes y te avisaré cuando puedas recogerlo.

Mientras hablaba, Valentina empezó a recoger los documentos sobre la mesa.

-Oh, está bien. Tú sigue con lo tuyo -respondió Elara, sin querer indagar más.

Antes de irse, lanzó una mirada preocupada a Valentina. En ese momento, Lucía, que ya habia recibido el diamante rojo de Diego, estaba ansiosa por comenzar la fabricación según el diseño de Valentina. Durante el proceso, recibió una llamada de Federico.

-Señorita, por favor, vuelva a la Villa Valenzuela esta noche.

Era inusual que Federico llamara directamente para pedirle que regresara. Incluso cuando don Raúl convocaba a reuniones, Federico siempre había usado un tono más consultivo: claramente,

algo era diferente esta vez.

relacionado con el

el estado de salud de don Raúl. Si su salud había sufrido

el delantal mientras hablaba con Federico. Guardando el diamante rojo aún sin terminar, Lucía cogió su bolso y

Valentina. En el coche, con un semblante serio y sin decir palabra, Valentina, aunque quería saber qué estaba pasando, se contuvo de

Villa Valenzuela y

-Valen…

sus ojos llenos de preocupación.

pase, puedo

hubiera pasado al abuelo… Valentina sintió un ligero pinchazo de dolor

hay una persona más

la casa; después de todo. ella misma era un miembro adicional en la familia Valenzuela.

importante era que el abuelo estuviera bien; nada más importaba. Valentina sonrió a

Está por

la cena. Hacia varios días que no regresaba a la Villa Valenzuela, y esta noche iba a ser especial, ya que

al gran salón principal, Valentina vio de inmediato

-Abuelo…

ver que don Raúl estaba de buen ánimo, Valentina se sintió completamente aliviada. Dejo caer su bolso y corrió hacia

extrañado

raro que Valentina se mostrara tan cariñosa. Don Raúl se sintió aún más contento al verla asi. Alzó la mano para acariciar su cabeza, y al ver su rostro levantado, sus ojos todavia le recordaban a los

ensueño, pensando que tal vez el destino le habia traido a Valentina como un consuelo. Sin embargo, nunca imaginó que en esta vida encontraría a la hija de Lucy. El destino realmente había sido generoso con

se parecía mucho a Lucy en su memoria, el informe de la prueba de ADN que Alonso había traído

y sus descendientes. Aitana era su nieta, pero aún asi, tenia un cariño especial por

joyerias del Grupo Valenzuela? ¿Alguien no te ha hecho caso? Dimelo todo, si alguien te

expresión final de don Raúl era amenazante de una manera adorable. Valentina

reir.

a desobedecerme? Soy la directora de diseño nombrada por ti, abuelo. Aunque no me respeten, te

la cintura, mostraba una actitud confiada, como si tuviera

haciendo reir a don Raúl a carcajadas. Alonso, observando esta escena, se sintió aliviado. Siempre

Valentina.

estaba preocupado sin razón. Don Raúl

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