Capítulo 229: Haciéndola Pedir Disculpas

Don Raúl la observaba llorar, desconsolada e ingenua, sintiendo un renovado sentido de

compasión. Extendió su mano y tomó la de Altana, revelándole lo que Alonso había descubierto.

-Antes, ¿te llamabas Aitana Zaragoza?

Aitana frunció el ceño.

-¿Cómo lo sabes? Mi nombre era Aitana Zaragoza, pero después de que mi madre se casó con mi padre actual, adopté el apellido Lancaster, pero…

Aitana mordisqueó su labio, mirando a Don Raúl.

-¿Cómo lo supiste?

Era, por supuesto, gracias a la investigación de Alonso. Don Raúl miró a Aitana con aún más

ternura.

-¿Sabes por qué tenías el apellido Zaragoza?

-Mi madre me dijo que cuando me trajo del orfanato, ya tenía el apellido Zaragoza. Ella quería que continuara usando ese apellido, pero temía que me menospreciaran por tener un apellido diferente al de mi padre, así que me lo cambiaron a Lancaster.

Don Raúl suspiro:

-Ella lo hizo con buena intención. Pero tu apellido original Zaragoza viene de tu madre, mi hija, ¡ quien también es una Zaragoza!

Aitana se quedó perpleja, preguntando con duda:

-¿Zaragoza? Pero, ¿cómo es que la hija de Don tiene ese apellido?

Esta pregunta evocó un profundo remordimiento en los ojos de Don Raúl.

Le vino a la mente la imagen de Citlali, cuyo rostro había comenzado a olvidar con el tiempo.

Era irónico.

Citlali había desaparecido cuando era pequeña y, tras ser encontrada, no había tenido tiempo de conservar una foto suya antes de que estallara un conflicto entre ellos.

noche, le

en su

+15 BONOS

tuyo, ni tu dinero, posición, ni siquiera este

dejó esas palabras

pensó que, una vez calmada, volvería a pedir

volvió a verla. Cuando se dio cuenta, utilizó todos los medios

hacía. Si dijo que despreciaba el apellido Valenzuela, era porque

engañado, nunca habría malentendido

más, a él y a la

hospital, al escuchar esta historia,

evitar ser encontrada por la familia Valenzuela o por otra cosa, decidió cambiar su nombre y adoptar el

Valenzuela.

tan seguro de que Estrella quería distanciarse del

mirada disimulada a Valentina, sonriendo con suficiencia en su interior,

y

Don Raúl entendió lo que implicaba. Con cariño,

de mi hija,

entender, su rostro mostraba asombro. Pensó por

incredulidad:

nieta de Don? ¡Debe haber un error! ¡Seguro que

sorprendida. No solo Valentina, sino también Lucía esperaban que todo fuera un error. La aparición inesperada de

+15 BONOS

Tenemos un vínculo sanguineo, solo tengo una hija, y

Valenzuela.

parecía haber resuelto un dilema que lo habla aquejado durante años. Mirando a Aitana, decidió ofrecerle

impactada por la noticia. Sus ojos se abrieron

algo perdida.

-Don… -llamó Aitana.

habia comenzado a hablar cuando Don

«don»? ¡Aitana,

-Pero…

apuros. Echó un vistazo a Valentina y,

causando problemas

imaginó que Aitana fuera la nieta legítima de su abuelo. Pero algo le decía

cosas que no cuadraban.

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