Capítulo 237: ¿Doña Mendoza no te Acepta?

Valentina, sosteniendo el expediente, no pudo evitar temblar. Incluso había una transferencia significativa de fondos desde la cuenta de Starlight Joyas que, tras varias transacciones, terminó en una cuenta perteneciente al desconocido. Marc… Valentina, con los labios temblorosos y las manos temblando tanto que casi no podía sostener el documento.

No muy lejos, en la piscina, Santiago se dio la vuelta. Ya había revisado esa información. Preveia esta reacción de Valentina y deseaba acercarse y consolarla. Pero de repente, Valentina levantó la vista. Casi por instinto, Santiago giró su cuerpo para evitar su mirada, aún sin la confianza de enfrentarse a Valentina como Don Mendoza. Incluso temía que Valentina hubiera notado su breve

mirada hacia ella.

-Don Mendoza, gracias por ayudarme a descubrir la verdad.

La voz de Valentina, temblorosa y tratando de suprimir el llanto, llegó a Santiago. ¿Estaba llorando? En ese momento, Santiago no pudo contenerse más y se giró hacia ella. Pero cuando lo hizo, Valentina ya se habia dado la vuelta hacia la oficina.

-Valen…

Santiago la llamó, pero parecía que ella no lo escuchaba. Santiago no pudo quedarse quieto más tiempo: salió rápidamente de la piscina, se secó someramente, se puso una camisa de cualquier manera y la siguió.

En la zona de oficinas del último piso, cuando Valentina salió, todos los presentes volvieron la mirada hacia ella. Para ellos, la Señorita Lancaster ocupaba un lugar especial en el corazón de Don Mendoza. Aunque no se atrevieran a especular sobre los pensamientos de Don Mendoza, el interés por el chisme es universal. Vieron a la Señorita Lancaster salir corriendo sin expresión alguna, con lágrimas en el rostro.

Thiago se preguntó, ¿qué le pasó a la Señorita Lancaster? Alguien fue inmediatamente a informar a Thiago sobre la situación. Cada vez que Valentina venía, Thiago solia esconderse para evitar ser visto por ella. Estaba en la zona de descanso, tomando un café distraidamente, cuando alguien llegó con la noticia. Sin siquiera dejar que terminara de hablar, Thiago, notando la preocupación en el rostro del mensajero, dejó su café y corrió hacia alli. Pero para cuando llegó,

Valentina ya había entrado al ascensor.

Al voltearse, vio a Don Santiago salir corriendo de la oficina. Don Santiago parecia alarmado y

preocupado.

-Don, ¿qué pasó? ¿Doña Mendoza conoce tu identidad? ¿Ella no te acepta?

Thiago preguntó con preocupación. Santiago solo podía pensar en el llanto de Valentina. Thiago estaba en su camino.

-Quizás… podríamos pedirle al señor Hamilton que nos ayude…

-¡Fuera!

rápidamente a su lado,

atrás a un Thiago herido. Solo queria aliviar las preocupaciones de Santiago, pero fue

corazón herido. Thiago

el ascensor, agradeciendo la soledad que le

aún así,

padre, el responsable de

sintiéndose casi etérea, como si una brisa pudiera

fuera

sol brillante la golpeó y de repente se sintió vacía de fuerzas. Se

pensó, preparándose para el dolor del impacto. Pero entonces, unos brazos fuertes

familiar. Antes de perder la conciencia,

conocido.

esposo… -murmuro Valentina

cuando la tuvo segura en

viendo la marca de una lágrima en su rostro pálido, su corazón se apretó en una mezcla de dolor y cariño. La levantó en brazos con facilidad, y

no ex–murmuró

guardado en su móvil, pero nunca

Valentina solo había

coche y la colocó con cuidado en el

a Villa de

llegar a Villa de

estaba consciente de las dificultades que enfrentaba Starlight Joyas

que ella le pidiera ayuda, pero parecia que nunca consideraba apoyarse en él, a pesar de que

causaba una molestia que lo llevaba a

Joyas por

a Valentina tan agotada en la cama, Santiago se

mirada intensa, cerró la puerta con suavidad, y caminó hacia el balcón del salón. Asegurándose de que su voz no

Valentina, llamó a Thiago.

-Thiago respondió con

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