Capitulo 273: ¡Qué Afectada!

+15 BONUS

Valentina, ligeramente ebria, no hablaba bajo. Muchos de los presentes, incluida Aitana al piano, escucharon su comentario. Pero Altana, distraida por el tono ebrio, no identificó de quién venia. Miró hacia la fuente de la voz, pero una columna bloqueaba su vista.

Altana habla creido que su interpretación era buena, incluso había visto gestos de aprobación de algunos invitados. La crítica inesperada la molestó. Se recordó a sí misma que, incluso antes de que Marc las rescatara, siempre habla recibido elogios por su habilidad al piano en los eventos escolares. ¿ Qué pasarla si don Mendoza pensaba ahora que no tenía talento?

Cuanto más lo pensaba, más decidida se sentia a demostrar su valia. Pero la preocupación la llevó a cometer errores en su ejecución, aunque parecía que nadie lo notaba. Al menos, hasta que la voz de Valentina se alzó de nuevo:

-Ja, ¿ves? Te dije que no podía. Con una pieza tan sencilla y tantos errores…

Valentina siguió bebiendo vino.

Normalmente, no seria tan critica, especialmente en estado de ebriedad, pero con Aitana simplemente no podía evitarlo.

Sus comentarios continuaron:

-Ese tono mal manejado.

-Tsk, tsk, tsk… otro error.

-Ay, por favor, ¿sabes tocar o no?

Bajo la lluvia de críticas de Valentina, los comensales, que inicialmente disfrutaban del fondo musical, comenzaron a prestar más atención al escenario, esperando el desenlace. Aquellos que habían mostrado aprecio por Aitana ahora disimulaban su desilusión.

Aitana se sintió abrumada. La segunda mitad de la pieza estuvo plagada de errores, y su confianza se desvaneció. Incluso decidió no terminar la pieza, deteniéndose en medio.

A pesar del deseo de confrontar a quien la había avergonzado, recordó que don Mendoza y otros distinguidos invitados de Coralia estaban presentes. Como la legitima señorita Valenzuela, no podia

perder la compostura.

de vergüenza, y se

bien, pero quería

algunos habian notado al hombre frente a ella, cuyo porte

antes.

+15 BONUS

el plano, me expuse al ridiculo, por favor, no se burlen ni lo divulguen,

arrancar sonrisas incluso de aquellos inicialmente decepcionados por su habilidad al piano. Su sinceridad y encanto

vestido rojo de una marca de lujo de edición limitada y las joyas de gran valor que llevaba. Pero todo eso parecia más bien adornos

hacia el hombre sentado frente a ella, generando curiosidad. Sin embargo, Aitana, al mencionar de manera intencionada «que no se enterara su abuelo», estaba esperando que alguien preguntara quién era su abuelo, pero la pregunta

tomó la

de cómo toqué el piano, seguramente contrataria a un pianista internacional para que me enseñara, y eso es algo que definitivamente

de poder contratar a un pianista de talla internacional hizo que todos

abuelo mencionado.

quién

ansiosamente esta

abuelo es

Raúl Valenzuela

nombre resonó entre los presentes, sorprendiendo

reconocimiento en otros.

Valenzuela del Grupo

-confirmó Aitana con una

entendieron la importancia de la joven

rodeada de gente

soy Charles Brown, tengo una pequeña empresa, un placer conocerla, señorita

señorita Valenzuela, soy Percival Escobar

una especie de recepción para Aitana. Todos querian establecer una conexión con el Grupo Valenzuela, cuya influencia y negocios se extendían por todo el país al

intenciones, y la adulación la

llevo el apellido

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