Capitulo 281: Decisión

Las tijeras, bajo la luz de la luna, brillaban con un frio resplandor, y la cuchilla cortaba fácilmente el costoso tejido.

El sonido era extrañamente placentero.

Pero por alguna razón, después de cortar una esquina, Don Raúl se arrepintió.

Se detuvo de golpe y examinó cuidadosamente; el traje estaba definitivamente dañado.

Una compleja mezcla de emociones se difundía en su corazón, y Don Raúl, sintiéndose ligeramente culpable, suspiró y dejó las tijeras a un lado, murmurando involuntariamente:

-Valen, ah Valen, si solo hubieras sido más obediente, ¿por qué tuvimos que llegar a esto?

Aunque su encuentro con Valentina no había sido largo, ya tenía una clara comprensión de su carácter.

Esa chica, franca y espontánea, no codiciaba la vanidad ni seguía la corriente.

No había cambiado su manera de actuar por haber sido reconocida como la nieta adoptiva por el Grupo Valenzuela.

En su corazón, la admiraba y, en última instancia, no podía soportarlo. En ese momento decidió que si Valentina asistia al banquete de cumpleaños mañana y se disculpaba con Aitana, olvidaria las palabras que había dicho aquel dia en el hospital.

Pensando asi, Don Raúl se sintió de repente mucho más aliviado.

Justo cuando pensaba volver a la cama a descansar, de repente vio una figura fuera de la ventana.

-¿Aitana? -Don Raúl se acercó sorprendido a la ventana y, incluso poniéndose sus gafas, miró cuidadosamente, confirmando que sin duda era Aitana.

¿Qué hacia en el jardín a estas horas?

En ese momento, Aitana estaba agachada en el suelo, encendiendo algo en sus manos.

Curioso y preocupado, Don Raúl se envolvió en una capa y bajó en el elevador, empujando él mismo su silla de ruedas.

En el jardin.

El viento soplaba, y Aitana temblaba de frio.

Pero sabía que Don Raúl llegaría pronto, así que, aguantando el frio, continuó con su actuación.

-Madre, mañana es el cumpleaños del abuelo, no te preocupes, me aseguraré de cuidarlo bien.

Para esta actuación, Aitana había traído especialmente algo de dinero de papel y lingotes.

Cuidadosamente, colocó el dinero de papel en un recipiente para quemarlo, mientras llamaba a madres y expresaba algunos pensamientos Intimos.

Don Raúl llegó detrás de Altana Justo cuando ella llamaba a madres.

a su madre adoptiva llamada Alicia, pero al ver el dinero

llamaba a

Raúl se oscureció, y

-¿Que estás haciendo?

que acababa de encender

se levantara y cayera accidentalmente

gritó de dolor

en ese instante de quemadura, Aitana no pudo evitar maldecir en su interior, pero su

y se acercó.

cambió su

has quemado? Déjame

de Aitana

-Federico…

a punto de llamar a Federico para que

bien, de verdad que estoy

plan, así que, a pesar del dolor, retiró su

mano rápidamente.

a Federico, Aitana se apresuró a decir las excusas y preocupaciones que

verdad estoy bien, no quiero despertar

algo, y con voz llorosa, miró hacia

su mirada y su expresión se ensombreció aún

no queria alarmarte, no quería alarmar a nadie, solo solo extraño a

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se mordió el lablo.

más

la oscuridad en su rostro se disipó gradualmente, y hasta su tono de

suavizó:

sigue viva, ¿cómo

ardiendo en el recipiente, con una mirada llena de

sabía que Don Raúl nunca había aceptado

Estrella estaba realmente

¡Ja!

usar la muerte de

-Aitana empezó a hablar y no pudo

Entre sollozos, dijo:

después de

llamandome por mi nombre, me encargó que cuidara bien de ti, abuelo, pensé… pensé que debía ser mamá.

es ese otro mundo, abuelo…?

pensar.

en otro mundo, quizás, al quemar el

ti, abuelo, para que

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