Capítulo 291: Valentina Piste Tu?

Valentina se en la ada vocuda de Santiago con un intento de tranquilizarlo.

-Estoy bien.

seresa, et breve dolor en su pecho delo una sombra de inquietud que no pudo disimular complete Santiago, otando su expresión sombria, cubrio con su mano la de ella,

-Estoy aoul contigo e aseguro prometiendo protegerla de cualquier peliuro.

Avanzaron hacia el gran salon princasal pero su presencia no paso desapercibida. Diego, observandolos desde lejos, no pudo evitar sentirse molesto por su cercanía,

-Realmente no pegan–murmuro con desden, crevendo que Santiago no estaba a la altura de Valentina,

Mientras Diego reflexionaba sobre sus propias relaciones, Valentina y Santiago se encontraban ya en el salón, donde su llegada no paso inadvertida. Algunos, desconociendo su estatus, se limitaron a admira su imponente presencia, mientras que otros, conocedores de su identidad, no se atrevieron a acercarse, dada el aura de autoridad que ambos desprendian.

Alonso, al notar su llegada, se apresuro a recibirlos. Valentina, al verlo, le hizo señas para que se

acercara. Pero, justo en ese momento, un grito alarmante resono en el tuyendo la atención de

todos hacia el origen del sonido: el jardin trasero.

Alonso fue el primero en reaccionar, corriendo hacia el lugar del incidente, seguido de cerca por Valentina, quien, a pesar del malestar que sentia, se preocupó por don Raúl, quien aún se encontraba alli. La secuencia de eventos desencadeno una cadena de reacciones entre los presentes, con Lucia, Altana y Federico siguiendo de cerca, mientras el resto de los invitados, atrapados por la curiosidad pero conscientes de las normas sociales, se quedaron atrás, preguntándose qué habría sucedido para causar tal conmoción.

distinguida presencia desaparecieron de la vista de todos, incitando a los invitados, ahora sin reservas, a apresurarse hacia el mismo lugar. Valentina, al llegar, se encontró con una escena que heló su sangre: en el suelo yacia una persona, su cabeza sangrando. Era don Raúl, todavia vestido con el traje que ella habla reparado esa mañana, su silla de ruedas tirada a un lado. Apenas

fue el primero en reaccionar con calma. Entre los invitados se encontraba un médico de confianza de la familia Valenzuela,

Raúl y cómo eso la liberaria para luchar por

su vou

otra mas fuerte v desesperada.

so arrodillo junto a él, abrazando a

esto? Abuelo

respirar,

no se preocupe, aun respira y su corazón

Altana, dete

buscaban tranquilizar a Aitana, aunque su rostro denotaba la

levanto la vista, aún

a levantarse, creando distancia entre ella y don

ambulancia llegó por don Raúl, Antes de seguirla, Santiago

les avisare para que preparen

asintió, sin objeciones. El Hospital Serenidad era conocido por su excelencia en equipo y personal medico

alejaba mientras todos permanecian con expresiones sombrlas, excepto Altana, quien, llorando desconsoladamente, corrió tras ella por un buen trecho hasta que, agotada,

tiene la fortuna de los justos, no le pasará nada malo–intentaron consolarla.

su labio, y mientras los demás pensaban que su dolor era por la tristeza, solo ella sabia que en realidad

buen rato después, con la cabeza ya sangrando, debería haber muerto por la gravedad de sus heridas. ¿Cómo podia seguir respirando y con el

Raúl no habia anunciado su testamento, pero en el momento de su muerte, este sería revelado por un abogado, dando a

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