Cómo la muerte se convirtió en mi renacimiento

Capítulo 22

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Al día siguiente se celebró el juicio, al que asistieron todos los alumnos de la Clase de Honor Uno. Samuel, at quien Catalina había retirado la demanda, también estaba presente.

Todos los estudiantes estuvieron acompañados de sus familias. Con la ausencia de Catalina, el cargo se consideraria nulo, permitiendo la posibilidad de solicitarle una indemnización.

Entre los que pedían justicia estaba la familia Prado, que apoyaba a Yulissa. ¿Cómo podían quedarse en casa. mientras su amada hija era demandada injustamente por un ingrato a sus ojos?

Pero no se preocuparon mucho porque Leonardo había zanjado el asunto.

A las nueve en punto, cuando comenzaba la sesión del tribunal, el panel de jueces tomó sus posiciones y se encontraban presentes los abogados de ambas partes.

“La demandante Catalina, por favor haga su declaración“.

No hubo respuesta.

Leonardo se sentó en la sección de familiares y amigos, con una sonrisa. ‘No hay manera de que Catalina venir, pensó.

“¿La demandante Catalina Prado?” preguntó el juez de nuevo.

Efectivamente, esta vez tampoco hubo respuesta.

“Señor Yáñez, ¿dónde está su cliente?” preguntó el juez, Abelardo Fariña, en tono formal.

“Su Señoría, por favor dénos un momento. Mi cliente estará aquí en un minuto“, respondió Jonathan.

pueda

El abogado de la otra parte comentó: “Menudo chiste. Según el protocolo, si el demandante no comparece a tiempo, se considerará que ha cedido, y se espera que retire la demanda y pida disculpas a mis clientes“.

En un punto muerto, a Abelardo le resultó dificil tomar una decisión.

Con Catalina con casi diez minutos de retraso, cabía la posibilidad de declarar un aplazamiento o dar por desistido a la demandante, según protocolo.

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n consecuencia, Abelardo se puso de pie. “Por la presente anuncio…”

nesperadamente, la puerta se abrió con un chirrido y alguien entró.

ira Catalina.

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cerca de la puerta, se abstuvo de entrar a la sala del ribunal, lo que permitió que una sensación de control se instalara entre las personas que estaban dentro. Su estrategia consistió en hacerles creer que

umillaria.

entró justo cuando Abelardo estaba a punto

¿No

Catalina se acercó a Jonathan y luego se dirigió cortésmente a Abelardo. Cada gesto que hacia

Catalina Prado, llega diez minutos tarde.

secuestrarme, lo que provocó el

una expresión sombría. ¿Conoce al cerebro detrás de su secuestro?

pueda hacer al respecto‘, reflexionó.

“¿Tienes alguna evidencia?”

hay

era un asunto menor, especialmente cuando el demandante fue

confesiones de los secuestradores, y los secuestradores se encuentran actualmente afuera. Su Señoría, ¿puedo demandar al autor intelectual también?” Catalina miró a Abelardo con expresión inocente,

Abelardo quedó atónito.

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una cuidadosa consideración del panel de jueces, Abelardo afirmó: “Si está relacionado con los acusados, puede considerarse

las palabras de Abelardo.

es así, me sentiré avergonzado una vez que los secuestradores revelen su

piernas y luchaba por mantenerse de pie.

Yulissa. Él orquestó mi secuestro y prometió una recompensa de 1 millón de dólares a los secuestradores. Poseo la confesión del secuestrador. Su Señoría, puede escucharla“.

personal

la parte inicial de la grabación. Fue la

y el secuestrador.

policía para que se lo

llamen a la policía. Es el señor

el señor

<

reprodujo la segunda parte de la grabación.

“¿La has atrapado?”

“Nosotros… lo hicimos“.

de oírlo“.

preguntarle por qué nos pidió que secuestraramos a esta niña?”

mi hermana. Quiero darle

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el secuestrador Sebastián grabara la conversación de la

que había sido secuestrada y que no podía asistir a la corte cuando, en realidad, ya se

a Leonardo? El también es tu hermano. Incluso si me odias, no puedes hacerle

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