Capítulo 154
Benjamín recién se había despertado, pero Melinda ya estaba regañándole al oído. Le dolía la cabeza y gritó con tono ronco: “Cállate y lárgate”.
¡Benjamín no olvidó que estaba en tan lamentable estado por culpa de Melinda!
¡Todo fue culpa de Melinda!
Cuando Benjamín escuchó las quejas de Melinda, jhasta sintió el impulso de levantar se y golpearla!
Pero Benjamin no podía moverse temporalmente. ¡Todavía necesitaba algo de tiempo para recuperars e!
Benjamín regañó a Melinda sin motivo alguno y se sintió agraviada, pero ella contuvo su enojo y dijo: “Cariño, sé que estoy equivocada. Lo hice por nuestra familia. No fue mi intención hacerlo”.
Melinda pensó: “Yulissa es nuestra hija. ¡Ella hizo mucho por la familia Prado!”.
Leonardo ayudó a Benjamín a levanta rse y le dio de tomar un poco de agua.
“Papá, todavía estás en peligro. No te enojes y descansa más”.
Leonardo era el hijo mayor de Benjamín, por lo que Leonardo tomó la responsabilidad de cuidar de Benjamín.
Benjamín parecía enojado, pero asintió cooperativamente. Escuchó las palabras de Leonardo.
Los hijos de Benjamín estaban todos allí menos Raymundo. Para sorpresa de Benjamin, Catalina no apareció después de tantos días en coma.
“¿Dónde está Catalina? Pidele que venga a verme”. Benjamin de repente quiso ver a Catalina.
Benjamín estaba ansioso por hacerse con las acciones de Catalina. De lo contrario, ¡la familia Prado no tendría ninguna posibilidad de cambiar la situación!
Al escuchar eso, Melinda repitió: “¡Eso es! Llama a Catalina para que venga aquí. El dinero para salvar a Yulissa está en manos de Catalina. ¡Debe devolvérnoslo!”.
¡Con Benjamín cerca, Melinda sintió que tenía un respaldo!
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¡El tono de Melinda también se volvió arrogante!
Leonardo no se movió en absoluto y sus hermanos tampoco tuvieron agallas.
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Benjamín sólo escuchó sobre el dinero. Su rostro estaba lleno de ira. “¿Qué quieres decir? ¿Están los 7 mil millones de dólares en manos de Catalina?”.
“Tienes razón. Ella lo ha admitido personalmente”.
Benjamín le dio un codazo a Leonardo para que fuera a ver a Catalina.
“Papá, ahora que estás bien, me retiraré primero. ¡Que descanses bien!”.
Leonardo se negó a ir a ver a Catalina. Aún no sabía cómo enfrentar a Catalina.
¡Leonardo se mostró reacio a buscar problemas delante de Catalina!
“No necesito descansar. ¡Llama a Catalina para que venga aquí y pidele que me devuelva el dinero!”. ¡El dinero era lo más importante para Benjamin!
“Papá, aunque ella tenga el dinero, ¿cómo vas a recuperarlo? No tienes los derechos. No olvides que la familia Prado cortó lazos con ella hace mucho tiempo. Ahora ella es la estudiante que ha tenido la nota máxima de todo el país. El señor Herrera le realizará una fiesta de graduación. ¡Ha vivido una buena vida desde que dejó a la familia Prado!”.
“Ya que no la hemos criado, ¿por qué siempre le causamos problemas? Si quieres encontrarla, ve solo. ¡Yo no iré!”.
Leonardo estaba molesto. Sus padres eran como vampiros, perseguían a Catalina y trataban de sacarle todo su Ovalor.
Leonardo también fue un descarado. Una vez había conspirado contra Catalina.
Aunque Leonardo lo dijo, Benjamín simplemente ignoró las
señor Herrera le va a hacer una fiesta de graduación a Caras de Leonardo y dijo: “¿Quiere decir que el
Aunque Leonardo se sintió infeliz, asintió para admitirlo.
De repente, la atmósfera en la sala se volvió espesa de tensión. Catalina era de la familia Prado. Por lo tanto, su
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fiesta de graduación debería ser organizada por la familia Prado, ¡no por Lucas!
Eso fue una humillación para Benjamin. “¿Has recibido su invitación a la fiesta de graduación?”.
Era la primera vez que Melinda oía hablar de ello. Tras sorprenderse, miró hacia Benjamín y su hijo. “No, no lo recibi”.
“¿No te dio ella una invitación?”. Benjamín quedó sumamente sorprendido.
“Hay una invitación en casa…. Federico le entregó la invitación a Benjamín.
“¿Es de Catalina?”.
Cuando Benjamin la abrió, se sorprendió un poco. Penso que Catalina lo hizo para complacerlo. Melinda también se sintió orgullosa.
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Al ver sus expresiones, Yampier resopló con frialdad, se cruzó de brazos y dijo sarcasticamente: “¿Crees que esta
invitación es de Catalina?”.
Benjamín miró a Yampier y quedó confundido. “¿Qué quieres decir? Si no es de Catalina, ¿de quién más es?”.
Yampier se burló, “Humph. Catalina quiere distanc iar se de nosotros. Es reacia a tener cualquier relación con- nosotros. Es imposible que nos dé la invitación. ¿Has olvidado cómo trataste a Catalina antes? El señor y la señora Herrera fueron quienes nos enviaron la invitación. Casi todos los peces gordos de Damasco recibieron una invitación del señor Herrera para la fiesta de graduación”.
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