Capítulo 240

Catalina instantáneamente se olvidó de Marta y todo su enfado pareció disiparse. Ella solo miró a Alejandro estupefacta y murmuro: “Yo… no lo se

Catalina se sintio mareada como si estuviera pisando algodón.

Alejandro preguntó en un susurro: “¿Me odias?”

Catalina negó con la cabeza.

Alejandro continuó: “Rechazas mi presencia?”

Catalina todavía negó con la cabeza.

Alejandro sonrió, “Entonces… ¿Odias cuando tomo tu mano?”

Catalina quedó atónita durante unos segundos antes de negar con la cabeza.

No odió que Alejandro le tomara la mano, y si hubiera sido Jeremias quien lo hubiera hecho, ya lo habría rechazado.

“Entonces, ¿te enojarias si vieras a otra chica acercándose a mi?” Preguntó Alejandro nervioso, mirando a Catalina.

Catalina guardó silencio.

Ella no dijo una palabra ni asintió ni sacudió la cabeza. Ella simplemente reflexionó sobre sus palabras.

Si una chica se acercara a Alejandro y Alejandro le sonriera, Catalina probablemente no querría volver a ver a Alejandro nunca más. Odiaba la sola idea de que él aceptara la confesión de otra persona.

Catalina quedó atónita por sus pensamientos subconscientes.

Sin embargo, ella siguió su corazón. “Entonces quiero que tú y ella desaparezcan para siempre.

Alejandro quedó muy satisfecho con la reacción de Catalina. Sintió que su vida había sido completada.

“Cata, te daré algo de tiempo. Puedes pensarlo claramente, pero no me hagas esperar demasiado, ide acuerdo?” Dijo Alejandro suavemente, tomando a Catalina en sus brazos y acariciando suavemente su cabello.

en sus brazos sin luchar.

respondió ella en un susurro.

su conversación, Candela y Sofia

les había dicho el

Es hora de subir al autobus“,

voy“, gritó

estaban sonrojadas mientras

te dijo el señor Zúñiga? El otro señor Zúñiga nos dijo un montón

Catalina de los brazos y empezó a

Capitulo 210

de responder a la pregunta de

Sofia y a mi que estudiaramos mucho. Y dijo que hay un largo camino para llegar a ser

mucho, pero

quedó sin palabras.

Virgilio realmente no supiera qué

mal humor y quiera hablar con alguien, Sofia no se lo tomó

razón. Sentémonos atrás. Me temo que solo quedan asientos en

Primavera todavia estaba marcada y lo único que podía pensar eran las palabras de

nunca pensó en lo

sabia y nadie se lo dijo.

el amor de su familia cuando regresara con la

diciéndole a Catalina que Catalina no

limpiaran la casa porque hoy era el día en que Catalina terminaba su campamento de

algo de comida. Le gustaría comer algo?” preguntó Hugo. Eran poco más de las tres

para comer nada. Ella se negó: “Hugo, no tengo hambre. Pon los

un poco con Alejandro porque él

Prado, ¿pasó algo?” preguntó

respondió Catalina con indiferencia.

Hugo con sinceridad. Catalina habia estado frunciendo el ceño como si se

le preguntó: “¿Cómo es amar

parecer, Hugo supuso que alguien se

la diferencia?” Catalina preguntó confundida.

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