Despidiéndose de mi amor

Capítulo 0048

-¿Cómo es que nunca lo he visto?

-El tío Eduardo tiene una identidad muy misteriosa. A menos que mamá esté en peligro, él no aparecerá.

-No me extraña. Cuando estaba en el extranjero, solo escuché que tenías guardaespaldas, pero nunca los vi.

Viviana también tenía guardaespaldas especiales, pero generalmente estaban a diez metros de distancia, fácilmente visibles.

Debido a la identidad especial de Luis en el extranjero, las personas a su alrededor estarían influenciadas, por lo que enviaron gente para proteger a la familia Orellana.

Diez minutos después.

Eduardo apareció en la puerta, con un traje muy elegante que emanaba un aura de no pasar.

Los ojos de Viviana brillaron al instante cuando lo vio.

-¡Qué guapo…!

Oscar le pasó un pañuelo con delicadeza.

-Limpiate la boca.

Viviana tragó saliva.

Silvia sabía qué tipo de persona era su amiga. Parecía superf pero en su interior escondía algo más profundo. Por ese hombre, Viviana, a los veintisiete años, no solo no se había casado, sino q además ni siquiera había tenido una relación.

mi amiga Viviana, no hay nadie más le

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Eduardo.

vistazo al

también dijo cortésmente: -Tio Eduardo, mañana es día festivo, ¿por qué no

rasgos algo rígidos de Eduardo se

necesario,

estar completamente solo, así que no insistió. Tomó

desearte un feliz

-Gracias.

agrado los tamales y se marchó. Después de que se

qué lo

una sensación, no

un guardaespaldas común. Aunque Eduardo la había protegi durante varios años, apenas habían tenido cierto contacto más de interacciones simples. La única vez que tuvieron un contacto-r significativo fue la última vez, cuando ella estaba enferma…

sonó el teléfono de Viviana. Al verlo, notó

-¿Qué sucede?

eres mayorcita, te he organizado una cita a las nueve de la mañana en

de Viviana se volvió instantáneamente sombrío: -¡No

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te estoy

todo lo que tienes ahora te lo he dado yo! Si no quieres ser parte de la familia García, puedes largarte. Esta vez, sea quien sea la persona, no puedes plantarla, ja menos que a esa persona

era pequeña, muchas

a través del altavoz, Silvia también había entendido claramente lo sucedido.

visiblemente desanimada: -Pero tengo cosas que hacer mañana…

había invitado a Silvia era porque tenía que ir a un