Despidiéndose de mi amor

Capítulo 0121

Las palabras de Natalia realmente tocaron un punto muy sensible en Julio, porque Silvia ya tenía un hijo con Luis.

Tan pronto como Julio salió, vio a Silvia hablando con Federico. Cuando vio a Federico irse, Julio se acercó rápidamente a Silvia con zancadas muy largas.

-¿Has terminado con tus asuntos? ¿Volvemos a casa ahora? -le habló Silvia de manera muy normal, pero sonó con un tono diferente a los oídos de Julio.

Él sintió como si su abdomen estuviera ardiendo, pero aún así, se

mantuvo consciente: -Hmm….

Miró a Silvia con gran curiosidad: ¿De qué estabas hablando con Federico?

Federico era reservado y casi no hablaba cuando estaba con amigos. Aparte de su esposa, Julio no lo había visto hablar con ninguna otra mujer.

-Fue él quien me llamó primero, no le dije nada en lo absoluto – respondió tranquilamente Silvia.

Julio no le preguntó más. La metió de inmediato en el coche y se sentó junto a ella.

bebido tanto alcohol, y con algo añadido, ¿por qué

Julio sabía muy bien lo incómodo que se sentía en ese instante. Muy-frustrado, se ajustó la corbata y se recostó en el respaldo del asiento, donde podía percibir vagamente el ligero aroma que emanaba sutilmente de

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extraño en él y se dio cuenta de que el efecto de la droga

cayendo justo sobre él por completo. Ese brusco movimiento hizo que

muchísimo, no fue intencional -se disculpó

un poco la velocidad, Silvia fingió perder el equilibrio nuevamente

detenidamente a la mujer que se

tampoco

de repente y se levantó apresurada, con

vez no día apresurarse, así que le dijo claramente: -¿No

mano? Me rozó y me dolio, por

una breve pausa, desviando rápido la mirada.

-Lo siento muchísimo.

impulso: pedirle al conductor que se detuviera. Pero se contuvo. Aún no había descubierto el propósito de la mujer No tenía ninguna prisa. Después de todo, la había estado esperando

llegaron a la villa Oasis. Julio bajó rápidamente del coche y se

pudo evitar en ese momento sentir una gran admiración. A pesar de que su cuerpo ya no aguantaba más, él parecía indiferente a sus insinuaciones. Pero

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