Capítulo 0174

Después de su conversación con Viviana, Silvia guardó al instante su teléfono y dejó de mirar las flores afuera. En su lugar, se dirigió directamente al estudio de música para tocar el piano,

No estaba segura de cuánto tiempo pasó, pero Silvia se sintió muy inquieta y salió del estudio. A primera vista, vio al mayordomo Pablo, que no había visto en varios años, vestido con un esmoquin, con el cabello blanco y muy enérgico. Estaba dirigiendo a algunos trabajadores y, al ver a Silvia, obviamente se sorprendió muchísimo. Luego, con indiferencia, apartó la mirada, dio instrucciones a los trabajadores y luego se acercó con respeto a Silvia.

-Señorita Orellana, ¿la hemos molestado?-le preguntó con cortesía, pero lo que dijo a continuación fue más hiriente que las palabras de los que maldecían.

-Tienes graves problemas de audición, pensé que quizás no me habías escuchado. Sin embargo, debo aconsejarte, que son las diez de la mañana, y las otras señoras de la alta sociedad no estarían en este momento holgazaneando en casa a esta hora. Si realmente no tienes absolutamente nada que hacer, te sugiero que te alejes y no molestes a los empleados. ¿ Estás de acuerdo?

En el pasado, Silvia pensaba que él estaba sinceramente enseñándole cómo ser la esposa adecuada de Julio. Al principio, seguia sus sabios consejos en todo.

Pero luego, escuchó a él discutiendo con su hija Laura Fernández sobre ella:

-Una joven salvaje criada en el campo, cree todo lo que le dicen.

Fue entonces cuando Silvia se dio cuenta de que ese hombre solo se sentía orgulloso de educarla. Después de todo, ella era la esposa legal de Julio. ¡Qué grato placer para un sirviente educar a su propia dueña!

las que hablas, ni puedo cumplir con tus estándares de educación le dijo Silvia. Originalmente había planeado ir a la empresa más tarde, pero ahora

quieres que me

Silvia regresó de nuevo al estudio de música y continuó tocando con agrado el piano. Con las ventanas

orden de Julio de reemplazar las le Julio de reemplazar las flores con menos polen, no podía conseguir suficientes flores

no sobrevivirian mucho tiempo. Hay que cambiarlas por flores

decidió venir con más frecuencia cuando tuviera tiempo libre, para enseñarle a Silvia cómo actuar adecuadamente como

no fue a

dibujó involuntariamente en la comisura de sus labios. No esperaba que unas simples

que vino a informarle sobre el arduo trabajo no pudo evitar sentir

hecho

ese momento la sonrisa

-Puedes retirarte.

respiró aliviado de

y llamó de inmediato al mayordomo para preguntar sobre el proceso del trabajo con las flores. El mayordomo le informó en detalle. que habían

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