Despidiéndose de mi amor

Capítulo 0185

Bajo la suave luz, Silvia contemplaba el rostro frente a ella, tan familiar como siempre, sin saber en ese momento qué decir.

Julio inclinó la cabeza y le dio un delicado beso en la frente. La mano de Silvia sobre la manta se apretó ligeramente.

-Hoy estoy un poco cansada, no quiero.

Julio se detuvo por un breve momento, la abrazó más fuerte y no dijo nada más. Silvia se recostó suavemente en su pecho y pudo escuchar el fuerte latido de su corazón.

-Juli…

-¿Hmm?

-¿Recuerdas nuestra primera vez abrazados? -le preguntó Silvia de repente.

Julio recordó claramente cuando ella lo abrazó por primera vez, fue en su noche de bodas, justo después de que su padre falleciera. No entendía muy bien por qué Silvia le preguntaba eso de repente, pensó que ella estaba resentida con él.

-Lo que pasó antes, lo siento no volverá a ocurrir —dijo, rara vez se disculpaba, así que eso podría considerarse como un verdadero intento de corregir su error.

Silvia levantó la cabeza muy confundida, sin entender el verdadero significado de sus palabras. El primer abrazo entre ellos ocurrió justo cuando él fue a buscarla bajo la lluvia en la oscuridad de la noche después de que ella había sido intimidada… ¿Por qué dijo que no volvería a suceder?

Silvia, absorta en sus propios pensamientos, murmuró muy suave:

-Creo que fue entonces cuando me enamoré de ti, me gustabas mucho, muchísimo…

claramente estaba hablando de su amor por él, Julio sintió

estaba bien.

estaba muy seguro de que Silvia lo amaba. ¿Por qué decir que

su pequeña

era lo suficientemente buena para ti, nunca pensé

ligeramente. Él nunca había imaginado

vio, ella tan solo tenía diez años, era delgada y pequeña, pero su rostro

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más hermosa del mundo.

dijo Julio como si estuviera bajo el influjo de alguna fuerza invisible.

miró profundamente.

que realmente podemos

tiempo en el extranjero, ella solía soñar con Julio arrepintiéndose, pidiéndole que regresara a casa, prometiendo tratarla bien, pero cada vez que despertaba, el sueño se desvanecía por completo

de que Julio pudiera responder, sonó el timbre en la puerta, el camarero les traía la

sin darse cuenta, cambiaron de

juntos y apagar la luz, Julio la abrazó naturalmente y susurró

suavemente:

– Silvia.

no escuchó su voz. Después de quedarse dormida, tuvo un sueño algo extraño en el que iba en una

dónde

su lado, afuera,

habitación, el viento soplaba ligeramente las cortinas blancas. Silvia se

Natalia. También vio un mensaje de su asistente en el extranjero diciendo que la otra parte ya estaba