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Sentía que su cuerpo dolía, estaba caliente, la dejaba sin aliento, era sofocante. Clara sentía que se estaba quemando de adentro hacia afuera. La sangre en su cuerpo palpitaba tanto que no sabía dónde empezaba o cuando terminaba. Podia sentir su corazón palpitar en su pecho haciendo que abriera su boca y soltara un gemido incómodo.

Algo frío se posó sobre su frente y la hizo estremecerse de alivio. Se removió un poco buscando estar más cerca de ello.

– Tranquila-escuchó una voz familiar pero que en ese momento no reconoció, estaba muy aturdida y su cabeza era un lio total.

En medio de su nebulosa abrió los ojos para solo poder divisar una mancha oscura que se movía de un lado a otro. Por un momento se imaginó a Dixon, pero su toque era demasiado

suave y delicado para ser él ¿verdad? Aquellos dedos se movían sobre ella como bloques fríos de hielo que refrescaban su cuerpo ardiente.

Sin embargo, no pudo pensar mucho sobre ello. Sus ojos se volvieron a cerrar y cayó en la total inconsciencia, para despertar de nuevo más tarde, pero esta vez estaba helada. Como si su cuerpo no pudiera regular su temperatura corporal. Temblaba, sus dientes castañeaban, necesita aferrarse a algo que le diera calor. -Estoy aqui- ahora era otra voz que también le resultó familiar. Solo que no era la misma de antes.

Abrió los ojos con dificultad. Estaba oscuro ahora, apenas una leve luz hacía resplandecer algo dorado proveniente de aquel macho que la estaba envolviendo entre sus brazos y la atraía a su pecho. El calor que pronto la envolvió fue realmente reconfortante y dado que no tenía nada de fuerza como para poder luchar cerró los ojos. Ahora fue más fácil dormir sin temblar o sintiendo que se derretia. Y asi estuvo durmiendo hasta que ya no pudo hacerlo más y las voces a su alrededor comenzaron a taladrar su cabeza. A diferencia de antes, la fuerza de su cuerpo era palpitante, como si fuera mucho más fuerte, como si no tuviera miedo, y cuando abrió sus orbes estos se tiñeron de un color rojizo y una leve sonrisa se dibujó en sus labios. Por la iluminación supo que era de día, y esta vez… había sido mucho más fácil salir, mas no era momento de hacerlo. Dejarse ver como era realmente era una carta bajo la manga que tenía, por lo que dejó que la otra Clara saliera, aunque esta preferia quedarse en una esquina que estar entre aquello tres machos que ahora se encontraban discutiendo en medio de la habitación.

Los orbes de Clara se clarearon hasta volverse azules y lentamente se sentó en la cama. No supo por qué, pero no temblaba de miedo ante la presencia de ellos como veces anteriores y sentia la conexión entre ellos mucho más fuerte. No recordaba que había ocurrido pero el sabor metálico de sangre aún estaba pegado a su paladar. Acaso… – Clara – escuchó su nombre proveniente de los dos lobos que eran sus mates que dejaron su acalorada discusión para enfocarse en ella.

Sin embargo, y aunque ella ahora no sentía el mismo miedo ella retrocedió hasta pegar su espalda a la pared poniendo distancia entre ellos. Negaba con su cabeza para después bajarla en surmisión. Pudo escuchar a ellos chasquear la lengua, seguro de frustración

Alla, Elliani Will que Kababa de entrar a la habitación presenció la escena se acercó a ellos.

De alguna forma ellos habían cedido a que fuera el mediador de todo aquello, después de todo, la loba parecía reaccionar con él. El beta se detuvo entre ellos delante de la cama.

el cabello- Es bueno que hayas despertado. Llevas tres días inconsciente, tuviste una fiebre

habían podido ver a su loba acostada en la cama casi sin moverse, pálida como una hoja y con una temperatura corporal incluso preocupante para su especie. Realmente habían pensado que la perderían de

su rostro y repasó uno

ustedes-su voz temblaba ligeramente- ya lo hicieron antes- se

forma en que ella lo decía parecia que ellos eran unas bestias y discutir con ella seria en vano, no parecía querer escuchar excusas, ya las

y se giró hacia los dos

como beta como un lobo mayor que ellos dos. Después miró a la loba por encima del hombro y

abrirla había uno de los lobos que custodiaba la entrada a la casa

-¿Qué ocurre?

alfa, el padre de su

vez el cuerpo de Clara se petrificó en su lugar y tragó en seco. Si su padre había ido a verla era por algo. Él no era el buen

pero ante la respuesta del beta supo que tenía que ir a verlo y quizás era mejor Negarse a lo que quisiera Alester era jugar con fuego, y aunque tenía ahora a sus mates,

si su cuerpo pesara una tonelada se arrastro al borde de la cama y se levantó. Su cuerpo estaba pesado por lo que cuando se enderezó se tainbaleó. Dixon, que era el más cercano a ella la

que se quedara quieta La loba se paralizó nuevamente y se quedó mirando fijamente los ojos del alfa- No voy a amarrarte si le comportas, si no sales corriendo, si no arriesgas tu vida entendido?- aquello sonaba más una orden sin

ella no le quedó más remedio que acceder con un casi imperceptible movimiento de la cabeza. También era mejor no llevarle la contraria. No sabia de lo que era capaz bueno si. No supo cuando tiempo pasó antes de que el alfa la soltara y ella pudo enderezarse con sus propias piernas que estaban temblorosas. Estaba muy

de ella fue puesta una prenda de ropa y se dio cuenta que había

pecho dándose cuenta que

dijo el lobo

su padre, y cambiarse con aquellos dos lobos allí no era una opción. Así que se obligó a caminar en dirección al baño de la habitación que había reconocido

sangre caliente que no tenía uno de los hermanos la tenía el otro y de sobra. Ella se encogió en el lugar y negó con la

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