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Dixon no recordaba la última vez que había dormido tan bien, porque nunca antes lo había hecho. Siempre había alguien que lo despertaba de forma brusca y hasta violenta. Abrió sus ojos encontrando un techo para nada familiar y recordó los últimos sucesos en su vida. En cómo había llegado a la manada. Como se había hecho alfa. En la llegada de su hermano En la muerte de su padre… y en el encuentro por fin con su mate.

Su mate.

Se levantó de golpe al sentir el olor de ella muy a lo lejos. Giró la cabeza buscándola al no encontrarla a su lado imaginándose la peor escena. Que ella hubiera escapado de nuevo. Sintió algo de alivio al verla recostada en una esquina hecha un ovillo envuelta en la sábana. Su posición no era nada cómoda para dormir, pero parecía relajada.

Dixon se levantó de la cama y se arregló el pantalón. No toleraba que ella estuviera durmiendo allí. Se suponía que ella debía haber despertado a su lado, donde él la despertaría, le comería la boca y volvería a marcar su cuerpo con su olor y besos. Pero no, ella parecía tener un don especial para molestarlo, aun cuando en la noche… ella había estado al principio renuente y después, más dispuesta de lo que imaginó. Al parecer ya lo estaba aceptando, entonces…

Se detuvo delante de ella y se arrodilló. La respiración estable de la loba le indicó que estaba realmente dormida y extendió la mano para acariciarle la cabeza. En eso los ojos de ella se abrieron de golpe y se fijaron en el rostro de él. Una mueca de terror se mostró en sus fracciones y otra vez sus orbes se llenaron de lágrimas.

-No, no me hagas daño – sollozó.

Dixon cerró los ojos y alejando su mano. Estaba teniendo que recurrir demasiado a su paciencia con ella.

del hombro y tiró de ella hacia adelante. La cadena larga en su tobillo sonó

el lobo la alzaba

con algo más de fuerza la nalga de ella ganando un gemido

cuenta que ella había desenfundado sus colmillos. Con un rápido movimiento los enterró en la mano de él sacándole sangre. Dixon gruno más 110

obligándola a ella a abrir la boca, enfundar sus Caninos y retroceder pegándose al otro bordo de la

que imitaa yamalizabalduto

de sus heridas negó

que por cualquier cosa te voy a golpear. ¿Me veo tan salvaje?- después de decir esto recordó que ella no era capaz de ver- No soy una bestia maltratadora. Nunca he golpeado debidamente a una hembra y no creo que me encuentre en alguna situación que me obligue a hacerlo. Quita esos pensamientos de tu cabeza. Dixon abrió la pila para que la bañera comenzara a llenarse de agua que corrió hasta los pies de la loba. Por el flujo se llenaria bastante rápido. Clara por su parte se mordía la uña nerviosa dejando de llorar. Había detectado que sus ojos veían un poco más nítido por lo que pudo definir los detalles del lobo con más claridad, así como su tamaño y su cuerpo definido. Solo que no lo diría. Will de seguro le había dicho sobre su deficiencia.

grande y grueso aun sin estar erecto. La noche anterior recordaba

cada lado de la loba. La tina era grande, pero él también lo era. Le hubiera gustado tener a la loba contra su pecho

extraña- no pudo evitar

la cabeza para después bajarla

me aceptaste y hasta me besaste, pero hoy… apenas si resistes mi contacto – no

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