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La atmósfera era demasiado tensa, que obligó a los demás presentes a retroceder, alejándose de los dos lobos macos que estaban exudando tantas feromonas que era asfixiante. Will, detrás de Dixon tragaba en seco, secando el sudor de su frente, ante la presión existente.

-Alfa-lo llamó, pero los dos lobos parecían tener un conflicto de gruñidos, potentes y amenazantes. Sobre todo, el recién llegado, que, para ese momento, no le quedaba nada de sonrisa en su rostro y fulminaba con la mirada al actual alfa.

-Vete de mi manada- Dixon gruñó con los dientes apretados. Ethan por su parte, soltó un bufido grave. -Y dejarte con todo. Ni en tus mejores sueños. Además, ahora hay algo más que está en este lugar y me interesa recuperarlo. Y Dixon supo de que estaba hablando. Si antes estaba molesto, para ese momento ya había perdido la mayor parte de su paciencia. Sus garras se desenfundaron por completo, y solo no le saltó encima a desgarrar la garganta de aquel que osaba buscar tanto el mandato de la manada como su mate, porque el beta se puso entre ellos. -APÁRTATE-los dos respondieron a la vez y no fue solo el beta, los presentes que quedaban cayeron de rodillas, petrificados y en total sumisión.

Acto seguido un largo minuto de silencio.

Ambos habían hablado a la vez creando una resonancia que habían puesto un control que ninguno, por si solo lo había experimentado antes. Los dos se miraron controlando un poco sus instintos para no matarse en ese momento. No comprendían la situación. Tampoco conocían la existencia del otro.

Y había una pregunta que desde que se vieron les rondaba la cabeza a los dos. ¿Por qué eran idénticos?

Creo que eso podemos hablarlo con más calma- la voz del beta intervino de pronto y los cuatro orbes dorados se fijaron en él.

Habla rápido – Dixon ordenó. Deseaba tener respuestas, y pronto. Will tragó en seco

más longevo y curandero de la manada y esperemos la respuesta de

lo dejaré entrar a la

derecho a reclamar la posición del alla. la monipta nurvanente se volvió

y le susurró de forma que el lobo de

richarlimir P VPEST perwicada

fuera eso nada más. Dixon cada vez se volvía más loco al reconocer el olor de el que era el que estaba sobre el cuerpo de su mate. El que la había

los siguió, dos guardias

el olor de su mate, que aun encontró allí. Ella había sido obediente y se había quedado tranquila, eso le gustaba. Lo que si le incomodaba era la presencia del lobo

para eso existían

El beta, el alfa, el recién llegado, los dos guardias, y pronto un lobo más joven que ayudaba a uno de tan avanzada edad que no podia caminar solo. Los cientos de años habían caido sobre él tanto en aspecto como en sabiduría. El de seguro podría dar una respuesta clara y

a su lado susurrándole toda la situación al oido para que fuera capaz de oirla. Dixon y Ethan esperaron uno parado al lado del otro. Usaban toda su fuerza de voluntad para mantener la bestia interior a raya. Si alguno cedía correria la sangre entre ellos. Ninguno de los dos era débil y ambos tenían sus ideas bien claras. Ser el

alzó la cabeza temblorosa y abrió los ojos. Sus iris algo difusos

su voz era temblorosa pero segura – Ambos…

gemido colectivo se

haya tenido gemelos durante el nacimiento?- el beta presionó un poco ante la impaciencia que estaban mostrando los dos lobos que no salían del callejón sin

lobo adulto giró

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