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Cuando Dixon entró por la puerta de su casa casi la astilló al tirarla convirtiendo su cuerpo. Su semblante no era nada agradable. -CLARAAAA- gritó llamando a su mate mas no recibió respuesta y eso lo puso sumamente incómodo, porque, además, no sentía su aroma cerca- Claraaaaa. Ante su llamado insistente y el tono utilizado Will apareció corriendo bajando rápido por la escalera.

-¿Dóndes está mi mate? – Dixon jadeaba y su cuerpo estaba sudado, su cabello negro se pegaba a su piel y la sensación dentro de su pecho era sumamente desagradable. Necesitaba saber dónde estaba su pareja en ese momento. -Alfa, la Luna no está aquí. El gruñido que vino después hizo que hasta el beta retrocediera. La ansiedad dentro del lobo alfa creció.

-¿Dónde está?- exigió una respuesta y Will supo que no le iba a gustar lo que iba a decir. -Ella…- el beta tragó en seco – Ella aprovechó que usted no estaba … y fue a su casa a recoger sus pertenencias. Los ojos dorados de Dixon casi soltaron llamas.

-¿Y la dejaste ir sola?- grito con voz ronca, sus músculos marcándose con fuerza bajo su piel.

-Ella insistió en ir sola, decía que su padre se molestaría si iba sola, y su hermano aún no ha recobrado la conciencia-Will bajó la cabeza, ahora esperando cualquier situación, golpe, regaño, lo que viniera del alfa.

En cambio, Dixon chasqueó la lengua y se giró, pero antes de salir miró por encima del hombro al beta. -¿Qué estás haciendo? Muévete, llévame a la casa de los padres de ella-dijo entre dientes.

Will no entendía del todo bien su agitación. Parecía más inusual de lo normal.

fue lo que le pasó por la cabeza pues

miedo- y fue lo que dijo antes de salir y la respuesta no sorprendió al beta. La había visto tener miedo más de una vez, sobre todo al estar cerca de ellos y ser… la Clara que conocía, pero entonces recordó lo que le había contado antes ella y sus ojos se

Acaso…

***

con fuerza mientras él estaba con los ojos cerrados recostado en uno de los butacones de su casa. Gruñó con molestia. ¿Quién se

su esposa que estaba en la cocina y ella sin reclamar le hizo caso. Replicarle a su esposo no era buena idea, era un lobo muy violento

Alester

-El alfa… está aquí

suelo. Luego se encaminó él hacia la entrada. -Alfa, ¿qué desea?- puso su semblante más tranquilo,

está Clara?- ni siquiera había saludado, no tenía paciencia para ello, quería a su

y se fue-dijo

corriera a un lado. Alester se iba a mostrar renuente pero detrás de él Will negó con la cabeza en advertencia

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