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Clara se quitó la colcha que la cubría de pies a cabeza y soltó una gran bocanada de aire. -Maldición con esta loba miedosa – había obstinación en su voz.

Se había tenido que forzar a salir de nuevo, aunque gracias a la sangre que había consumido de Dixon no estaba tan cansada como antes. Aun así, necesitó de unos minutos para tener el control total de su cuerpo. La otra Clara ya se había refugiado en su rincón en su mente. No la podía culpar, esta estaba perdiendo fuerzas mientras ella se hacía más fuerte.

Eso solo significaba una cosa. Dentro de poco ese cuerpo sería completamente suyo. Y eso era lo que queria, aunque una pulsada en su pecho la dejó sin oxigeno. Había estado tanto tiempo cuidando de esa Clara al punto que las heridas internas y mentales eran tan profundas y marcadas que daban lástima, que el hecho de imaginarse sola era algo … incómodo.

No, debía centrarse. La otra Clara rechazaba por completo a sus mates. Ella, los necesitaba para vivir y no permitiria que sus años se vieran limitados si ella podia interceder.

Escuchó como la puerta se abría de nuevo y la loba de antes entraba con un bulto en sus manos, quedándose mirándola fijamente al dejarlo sobre la cómoda.

-¿Ocurre algo?- Clara se recostó contra el respaldar de la cama. Había regulado el color de sus ojos por lo que la tonalidad rojiza solo se encontraba como un débil halo alrededor de sus iris. Había que estar muy cerca para verlo. La loba se giró hacia ella y Clara pudo jurar que había fruncido el ceño y hasta gruñido en voz baja.

darles una sorpresa, tanto a ellos como a toda la manada. Además … ya había olido aquella fragancia de aquella loba en un lugar donde no debía estar, un

buscar una tijera en el

que su cabello calló a la altura de los hombros en una melena bastante pareja. Ahora tocaba arreglarse para el

se equivocó en la idea que tenía en su mente

besar a su alfa de forma posesiva. Fue más bien por la imagen que ella proyectaba muy diferente a como todos la recordaban. No quedaba nada de aquella loba miedosa que siempre era intimidada por los demás y que siempre se quedaba con la cabeza gacha

No, nada de eso.

manada no mostraba miedo por ningún poro de su cuerpo, más

lengua para enterrarla en la boca de ella, después de agarrar su nuca y reforzando el beso. Deseaba que fuera más largo y profundo. Esta parte de ella era la que le gustaba, la

se enredó con la de ella lamiéndola, saboreándola sin importarles quienes estaban alrededor. Clara hizo un tirón hacia atrás para soltarse, pero él se puso renuente sintiendo segundos después una débil pulsada en su labio inferior. Eso lo hizo

que no le desagrado. Los orbes muy dorados de Dixon la enfocaron y si no fuera por la ceremonia la llevaría de nuevo a la habitación. Se había emocionado con aquella muestra de posesividad

de Ethan la que cayó sobre la de ella y no se limitó de igual forma a meter su lengua en el interior y saborearla como lo hizo su hermano. Solo que no limitó los movimientos de ella, pero quería demostrar a toda la manada que ella también era de él. Clara jadeó buscando un poco de aire cuando

besó la

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