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Dixon ya no sabía cómo caminar por la casa. Sus pies estaban en carne viva cubiertos por vendas y aun con su rápida facilidad para curarse no le había dado tiempo a que la carne se reconstruyera. Sus manos en igual estado. Había enormes ojeras y su cabello estaba completamente enmarañado. Alrededor de los muebles de la oficina estaban destrozados, con marcas de garras o partes partidas. Él, se encontraba sentado en el único butacón que no había volcado pero que sus garras ya habían astillado la madera del reposabrazos. 

Su pecho estaba apretado. No sentía a su loba, era como si ella estuviera muy lejos, tampoco la habían encontrado, por mucho que la hubiera buscado. Era como si hubiera algo que no les dejara llegar a ella. 

Y durante toda la noche había estado un sentimiento de angustia que lo había hecho derramar lágrimas de sus ojos. No supo si era realmente él el que estaba llorando, pero solo le pudo venir la idea a su cabeza que había sido su loba la que había pasado por algo que la había hecho sufrir. ¿Dónde estaba Clara? ¿Dónde estaba su mate? La extrañaba, la necesitaba a su lado en ese momento. Tenía que tocarla, que besarla, que sentir su calor, y mientras más tiempo pasaba separado de ella peor era la sensación. Unos pasos se escucharon acercándose a él y alzó la mirada. -Alfa- Will se mantuvo a la distancia sin intenciones de estar muy cerca del lobo. Las feromonas inundaban toda la habitación de forma densa y violenta. Era realmente un suicidio entrar solo en aquel lugar. Tragó en seco sonoramente. 

-¿Qué quieres? – Dixon no tenía paciencia para tratar con el lobo ni con nadie. Solo estaba en aquella habitación descansando porque sus patas cuando se trasformaban estaba casi destruidas de correr por horas y horas de forma brutal. 

– Aún no tenemos noticias pero seguiremos buscando. Ella de seguro aparecerá- Will insistió. 

-Claro que Clara va a aparecer- Dixon tenía sus colmillos desenfundados – Ella es mi mate, la luna de esta manada, la loba que llevará mis cachorros y estará a mi lado por el resto de su vida, claro que la voy a encontrar- recalcó de forma dominante y con un tono de advertencia Así que mantén la distancia de ella cuando regrese- si, era una advertencia. 

apretando sus manos como puños.

más baja. – Habla rápido – Dixon se apretó el entrecejo, no podía

se mantuvo en silencio un largo minuto para hablar después, como si

momento para revelarse contra usted y tomar su lugar-notó que el alfa se ponía tenso – Es un momento vulnerable, bien es sabido la importancia de los mates para nosotros los

y el beta se estremeció de pies a cabeza – Sal de aquí, no quiero

menos que sea mi propia sombra, pero él tuvo muchas oportunidades para deshacerse de mí, incluso dormimos en la misma cama y no hizo nada. Salimos a buscar a Clara uno al lado del otro y pudo haberse hecho con mi cuello, pero tampoco lo hizo. Acaso solo puedes pensar en la posición de alfa y crear discordia

 

que sus

alfa- dijo con voz seca y salió de la habitación. Dixon se quedó allí dentro dejándose caer de nuevo en el asiento y suspirando. Ser alfa no era nada fácil. Llevar la responsabilidad de todas las vidas de la manada y aun así no mostrar emociones o debilidad. No sabía lo que era realmente amar a alguien, siempre lo habían mantenido alejado, solo entrenando para hacerse un lobo que pudiera cuidar de la manada.

pero después de estar en el poder se había dado cuenta que no era nada parecido

los más importante… de ser feliz. Un olor acompañó el de él en la habitación y no se dignó a

de aquí con una cara de perro que quería comerse el mundo- la voz de Ethan no tenía el tono divertido de costumbre, más bien, parecía sombría – ¿A qué vino? ¿A seguir sembrando más discordia entre nosotros? – la pregunta salió tan natural que ninguno se inmutó por las sospechas. -Me comentó que utilizarías

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