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A pesar de no haber estado en control mientras la Clara más débil era la que mandaba, la Clara de ahora recordaba tanto ella como su cuerpo como era 

tanto esconderse como huir de los Salvajes para salvar su pellejo. Por lo tanto, a diferencia de otros lobos, ella tenía un oído y un olfato muy por encima de la media, algo también influenciado a su antigua falta de vista. 

Ahora era mucho mejor, pero depender de sus otros sentidos en ese momento era lo mejor. Y gracias a ellos pudo salir del pasillo y avanzar, en 

lo que parecía un campamento grande sin ser vista. Escuchaba los sonidos de cazadores y los pasos de estos y ella se escondía o iba en la otra dirección con tal de no encontrarlos. Podía matarlos, pero eso llamaría mucho la atención. Y necesitaba todo el tiempo posible al menos para liberar a los otros salvajes. 

Pasó la mano por su cuello que latía y dolía con incomodidad. Había tenido que rasgar parte de su piel en un intento por quitar el collar que no le permitía convertirse, eso y las mordidas del lobo hacían que fuera complicado mover su cabeza con facilidad. Sin embargo, no era momento para que el dolor en cada parte de su cuerpo la detuviese. 

Con su oído buscó la presencia de los demás lobos y encontró las naves donde estaban atrapados. Avanzó en esa dirección, pero su camino estaba interrumpido por dos cazadores que custodiaban el inicio del pasillo que daba acceso a las jaulas. 

En ese caso solo había una alternativa. Clara bajó la cabeza y se acercó a ellos apretando la vara en su mano intentando ser lo menos amenazante posible. Sabía lo que haría, pero primero era acercarse a ellos. 

hombres al detectarla saludaron confundiéndola con su compañero. La gorra ocultaba el

aún más la vara al detenerse frente a ellos. -Si, ya terminaron- alzó la mirada enfocándolo con sus dos orbes completamente rojos y

agarrado su cabeza desde atrás con sus manos y girado su cuello con fuerza haciendo que este se rompiese. El cuerpo

y tuvo que apretar sus dientes para no soltar un chillido. Estaba pasando por el celo, y aun cuando lo estaba reprimiendo la

la jaula donde antes había estado encerrada. Dentro

un tirón y mirándolos dentro-Voy a

lobas, al igual que el resto no hizo el menor esfuerzo por levantarse – Aun si salimos seremos de nuevo encerradas. Son cazadores, están preparados para atraparnos.

Su instinto le dictaba salir de allí

llamó la atención de los lobos

que nosotros,

levemente alzando la vara.

fuerte a la cerradura utilizando la electricidad de esta logró

pudo su cuerpo, y aunque tuvo que golpear dos veces más esta al final cedió. Rápidamente sacó sus garras y corrió hacia cada uno de los lobos cortando las correas en los cuellos de ellos. El proceso no fue fácil y parte de sus garras se vieron alectadas y terminando sangrando.

enderezó jadeando y con la punta

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