Capítulo 27

Aún no habíamos firmado el divorcio y ella ya estaba impaciente por seguir adelante. El valor de las acciones era demasiado alto, demasiado caliente para mantener en las manos y la verdad, no tenía intención de quedármelas. Pero tampoco queria darle a Andrea el gusto tan fácilmente. Frunci el ceño levemente y le pregunté: “¿Con qué derecho me preguntas?”

Andrea soltó una risa, con una actitud de superioridad mientras decía: “No estarás pensando en quedarte con las acciones, ¿verdad? Esas son las que Isaac le dio a su esposa. ¡Si se divorcian, las acciones ya no te pertenecen!”

“¿Todavía no has ido al médico para que te examinen la cabeza?”

Pregunté con un tono que insinuaba confusión y luego añadi: “Es mejor tratar las enfermedades a tiempo, porque si esperas a que los medicamentos no funcionen, solo te quedará la opción de ser internada en la Clinica Salud Integral.”

Ella entrecerró los ojos y replicó: “¿Cloé, me estás llamando loca?”

No quería-perder más tiempo discutiendo, así que le pregunté con calma: “¿Recibiste mi solicitud de renuncia? Apruébala lo antes posible.”

“¿Como si necesitaras decirlo? La envié a recursos humanos anoche.” Parecía que deseaba que me fuera de inmediato.

qué asuntos necesitaba traspasar. Probablemente Isaac también deseaba que me fuera lo antes posible. Suponía que la renuncia seria cuestión de días.

“Aunque se caiga el cielo, esas acciones deben ser devueltas, ¡no tengas tan poca vergüenza!”

llevarme café. Sin Jevantar la vista, le dije: “Llévale esto al

pasó mucho tiempo antes

no había sido aprobada. Estaba lista para ir a buscar a Isaac para que firmara el documento de divorcio cuando

“¡Cloé, hay chismes!”

puerta con sigilo y dijo: “¡Dicen que el anciano vino! ¡Está en la oficina del presidente dándole una buena reprimenda al presidente Montes, parece que incluso alguien como él puede ser regañado!” “Pero, ¿por qué el

que el trámite de divorcio estuviera finalizado, encontraría el momento adecuado para hablar con él. Pero al parecer que no pude mantenerlo en secreto. Inicialmente no quería intervenir, pero preocupada por la

donde se podian oír de fondo los

Capitulo 27

oficina del presidente. Todos en la oficina del presidente conocían el temperamento. de Isaac, y con César vigilando

costa.

“¡Gerente Coral!”

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