Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 89

Me quedé parada un momento y luego asenti “Quizás

Ya éramos adultos y más en ese momento critico, cada uno sabía lo que hacía. Pero lo que yo siempre habia buscado no era recibir un golpe para luego obtener un dulce. Eso era tan aburrido.

Si no podiamos entendernos profundamente, entonces lo mejor era vivir cada quien por su lado. Esa era la mejor opción.

Aquel día no nos reunimos para beber, sino para jugar a las cartas. Al llegar a la puerta del salón privado, senti ganas de ir al baño, asi que le avisé a Leticia y me dirigi hacia allí.

Después de hacer lo que tenia que hacer, justo al girar la esquina después del baño, me encontré de frente con David.

Él también me vio por casualidad, levantó una ceja y sonrió diciendo: “Vi la lista de participantes que Montes Global Enterprises envió, y tú estás en ella, espero el día en que podamos colaborar.”

Me senti un poco avergonzada y respondi con una sonrisa: “David, solo tengo la oportunidad de participat, ¿podré…?”

Antes de que pudiera terminar, una mano grande se posó sobre mi hombro desde atrás, atrayendome fuertemente hacia él.

El hombre miró a David con una mirada sombría y una sonrisa forzada preguntándole: “¿Tienes la costumbre de elegir trabajar especificamente con las esposas de otros?”

“¿Qué estás diciendo?”

con David: “David, él está bromeando,

bien si estoy bromeando o no.”

deslizó de mi hombro a mi brazo, tirando de

y le grité: “Isaac, qué estás haciendo!”

anchos y cintura estrecha, avanzaba con grandes pasos gracias

hacía que la gente

un momento, sino que apretó aún más fuerte, sin dejarme ningún espacio

su expresión suave y tranquila hacia mi. Fue tan rápido que pareció una ilusión. Y antes de que pudiera decir algo más, me llevó girando en una esquina, y David desapareció de

¿Qué es lo que pretendes…?”

de un salón privado, arrastrándome con él. En un instante, ya me había empujado contra la

vista para encontrarme con su expresión burlona y sus

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mientras preguntaba: “¿Te

sentí asfixiada y frustrada, por lo que le dije: “Tú estás inseguro, por

rio con desden preguntándome: “Inseguro de qué?”

sabes muy bien.”

tal cual. De cualquier manera, David no debería haber sido

lio.