Capítulo 120

En ese momento, me caí con fuerza al suelo, y dolió… Dolió tanto que mi cabeza estaba completamente confundida. Me dolia la rodilla, el brazo y el vientre… también dolia. Intenté murmurar su nombre entre labios, pero lo vi abrazando desesperadamente a Andrea, quien también fue golpeada por el carro, gritando con ansiedad y furia: “¿Estás buscando morirte?!”

A pesar de su enojo, sus ojos estaban llenos de miedo y preocupación.

Luego, sacó su móvil para hacer una llamada, temblando y diciendo: “¡César, ven en el carro ahora

mismo!”

“¡Cloé!”

Todo sucedió en un instante. Leticia probablemente estaba más shockeada que yo, y después de reaccionar, corrió a través del tráfico rápidamente, perdiendo uno de sus tacones en el proceso.

Las lágrimas caían por su rostro mientras intentaba ayudarme, pero temía lastimarme aún más, por lo que temblando me decía: “Cloé… Cloe cálmate, no tengas miedo…”

Senti algo cálido fluyendo lentamente fuera de mi cuerpo, solo pude agarrar a Leticia con la poca fuerza que me quedaba mientras le suplicaba: “Duele… Leti, me duele tanto… salva a mi bebé…”

“Cloé, respira, respira!”

aquí, ¿si? No tengas miedo. Cloé, aguanta, tú y

tratando de tranquilizarme o a sí misma. Casi en el mismo momento en que terminó de marcar, un Bentley se detuvo a un lado. César bajó y abrió la puerta del carro, Isaac avanzó rápidamente para llevar a Andrea hacia él, colocándola con cuidado en el asiento trasero. Durante todo el proceso, no me dirigió ni una mirada. Me senti como si

tengo miedo, ¿puedes quedarte? Por favor, te lo

va a estar bien, ¿vale? Sé

contenerse más, se secó las lágrimasly le recordó con ira a Isaac: “ilsaac, eres un puto

“Isaac, me duele…”

por un momento y luego cerró la puerta del carro como si no hubiera escuchado. El Bentley negro se alejó rápidamente. Parecía que el cielo se había vuelto de repente más frio. Mi corazón también se sintió vacío de repente, y esa vacante, alguna vez, fue solo para Isaac. Había varios carros detenidos en desorden en la carretera, algunos conductores parecian querer maldecir, pero al ver la situación, no

y a tu amiga al hospital… a esta hora, la ambulancia también

unas palmaditas en el hombro de

“Gracias, ¡si!”

El joven me levantó con cuidado del suelo

1/2

Capitulo 120

del copiloto. El dolor me hizo enrollarme en el asiento trasero, sin poder distinguir qué parte

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255