Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 143

Él sonrió y preguntó: “¿Quieres algo discreto o algo más llamativo?”

“Algo más llamativo.”

Respondi sin dudarlo.

“Deja eso en mis manos.”

David asintió y me ayudó a subir al auto diciéndome: “Cuidate, llámame si necesitas algo.”

Su voz era clara y suave, con una magia tranquilizadora que de alguna manera calmaba el espíritu. Conduje fuera del estacionamiento y, al detenerme para pagar, a través del espejo retrovisor, vi que él seguía allí parado, erguido y elegante, mientras que su mirada parecía seguir la dirección en la que me había ido. Si no fuera porque sabía que él ya tenia a alguien en quien había estado interesado durante años, casi me habría preguntado si secretamente estaba enamorado de mi.

Conduje directamente hacia Montes Global Enterprises, y en el camino, llamé a Nerea: “Te espero en el estacionamiento subterráneo en diez minutos.”

“…Cloé.”

Nerea parecia sorprendida y me dijo: “Estoy, estoy muy ocupada ahora.”

Mi tono se volvió un poco frio y le pregunté: “¿Prefieres que suba a buscarte?”

“Entonces… mejor voy yo.”

otro aspecto. Pero su nerviosismo era demasiado evidente. Cuando llegué, ella estaba esperándome en el lugar donde solía aparcar, con el rostro

bajar del auto, le pregunté directamente, “¿Por qué

entendía, considerándome una jefa bastante buena; siempre dispuesta a ayudar y a hacer la vista gorda ante pequeños problemas.

qué cosa?” Nerea evitó mi mirada, incómoda

le pregunté: “¿Tengo que decirlo

la cabeza,

dices que ibas a ventilar la oficina, pero en realidad fuiste a fotografiar mi manuscrito?” No podía pensar en

universitaria conmigo y yo misma la entrevisté. De todas las personas en Montes Global Enterprises, ella era

un momento, y yo lo comprendi: “¿No te gustaba Andrea y ella te ofreció algo a cambio? ¿Un ascenso o un aumento

los dos.”

en sus ojos mientras decía: “Ella dijo que

idolo. Aunque ella y

a hacer la conexión

por mi.”

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Capitulo 143

le pregunté: “¿Todo esto solo por eso?”

admiraba a David, pero nunca imaginé que su obsesión llegaría