Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 198

“Señorita Coral, es completamente diferente.”

Victoria se justificaba con argumentos débiles, aunque su voz sonaba suave: “Lo que encontraste ayer como prueba, solo muestra que Andrea había tocado a medicina de Ricardo, ¿y eso qué demuestra? Solo queria darle de comer al anciano. ¿Y ustedes? Una mujer y un hombre solos en la puerta de una habitación, ambos adultos, ¿qué más podrían estar haciendo?”

Levanté el vaso de la mesa de centro y se lo arroje en la cara, riéndome fríamente: “Victoria, si dices una palabra más, no me limitaré solo a tirar agua.”

Andrea, quien en secreto tenía relaciones con su padrastro pero ante todos actuaba como la hija perfecta, de repente perdió la paciencia y me advirtió: ¿Cómo te atreves a hacerle eso a mi madre? ¿Estás loca?”

Tomé otro vaso y también se lo vacié en la cara preguntándole: “¿Vas a decir algo más?”

VOZ

El maquillaje perfecto de Andrea quedó arruinado, y me miraba incrédula: “Cloé…”

no esperaba que hiciera algo tan audaz, sus ojos se llenaron de lágrimas y con entrecortada dijo: “Isaac, ¿acaso me has dado la espalda? Después de todo, soy la esposa que tu padre trajo a casa legitimamente, y ahora, ¿permites

como pozos fríos y profundos, lo que me hizo sentir un escalofrio. ¿El también lo creía?

Isaac tomaba unas fotos que tenía en la mano, las rasgaba en pedazos con un tono de voz frio y duro antes de decir: “Victoria, eres mayor, hay cosas que quizás no debería decir, pero tengo que hacerlo. Tal vez has estado en la cama por demasiado tiempo y estás confundida. Tú eres la esposa de mi padre, tú y él son familia, pero Cloé es mi esposa, la persona más cercana

Andrea quedaron estupefactas por sus palabras, yo también. Estaban sorprendida de que se pusiera de mi lado. Y yo también lo

sospechado de mi relación con David, y con esta foto, sus sospechas

furiosamente, dijo incrédula: “Isaac, ¿eres tú el que está confundido? Cloé te est siendo infiel y

“Es mi esposa.”

se puso frente a mí, con una presencia intimidante, y advirtió con voz profunda: “No todos pueden venir a pisotearla,

“Yo…”

sintiera profundamente agraviada, señalándose a sí misma, las lágrimas comenzaron a caer mientras decja: “Isaac, ¿dices que yo le lanzo suciedad? Si no fuera por ti, ni mi madre ni yo nos meteríamos en estos asuntos. ¡Bien! Hoy nos hemos metido donde

y

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Capitulo 198

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