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Parada frente a la puerta del Registro Civil, senti una ligereza que nunca anCapitulo tes habia experimentado. Leticia queria quedarse conmigo. pero le pedi que se fuem.2

Al principio, opté por comenzar sola, así que en aquel momento, debia despedirme sola, rápida y claramente. Miré los autos pasando por la calle, viendo a parejas casándose o divorciéndose entrando y saliendo. Eso era fácil de discemir. Los que sonreían estaban casándose, los que tenían una expresión neutra o miradas de desdén estaban divorciándose. Un rompimiento amoroso nunca era algo digno. Por suerte, Isaac y yo no teníamos ese problema. Él nunca me amo, y yo solo lo amé por error durante ocho años. Lo que no esperaba era que Isaac no fuera solo. Bajo de un brillante Mercedes negro, seguido por Abril

La expresión del hombre era tan fría e indiferente como siempre, como si no notara nada fuera de lo común, metió una mano en su bolsillo y dijo: “Entremos.

Su tono era tan casual que no parecia que fuera a recoger un certificado de divorcio, sino más bien como si fuera a cenar Llevo su habitual desamor al extremo.!

“Mm.” Asenti con la cabeza, bajándola

s, y su voz se enfrió un poco: “¿Qué pasa, temes que

Cuando Abril también quiso entrar, Isaac sonrió, pero su sonrisa no llegó a sus ojos, te engañe con un certificado de divorcio falso?”

“¡Cómo puedes pensar eso de mi! Es solo que, realmente quiero casarme contigo.

volvió al auto diciendo: “Está bien, te esperaré

fluido. Al ver los dos nuevos certificados de divorcio, me senti completamente aliviada, de adentro hacia afuera. Senti como

mano y hablé con voz suave: “Dame el

mi foto y su mirada era profunda

preocupación? Tomé el certificado de su

fueron deliberadas, como si estuviera declarando

rostro severo de Isaac se suavizó un poco, y habló con lentitud,

y pregunté con precisión:

siempre pensé que te gustaba

con ironia, mientras su voz sonaba áspera: “Si te lo hubiera dicho después…. solo te habrías

decir esas coses, como

deseo por

como si hubiera escuchado un chiste, miré hacia el Mercedes negro fuera de la ventana y le dije: “Les deses

eso, me gire para

solo

fuerte agarre detuvo mi brazo y él habló bajo: “No me casare con ella,

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