Capítulo 446

Al otro lado del teléfono, Inés Galindo sintió que algo no ba bien en cuanto escuchó aquellas palabras. Elfa, con un interés creciente, arqued una ceja y pregunto: “¿Qué quieres decir que alguien más usó esa bata de baño? Hermano, sé honesto, es mejor que no resistas…”

Camilo Galindo no pareció tomarlo en serio y ni siquiera parpadeó, en cambio le dijo: “Si resisto, ¿qué vas a hacer?”

Inds sonrió respondiéndole: “Volveré de inmediato al país y me llevaré a mi hijo.”

Quitarle su apoyo, eso si que era ser cruel. Camilo dejó de lado su trabajo y, mordiendo un cigarillo, lo encendió para fumar mientras le decía: “Cloé vino noche.”

Inés se sorprendió y pregunto: “Tan rápido?”

Ya usando bata de bañol

“Tonteras”

Camilo soltó una risa burlona antes de volver al tema: “Le pusieron algo en la bebida, y casi seguro fue obra de la hija de Rosa Yáñez.”

Acababa de revisar la lista de invitados del banquete la noche anterior. Todos eran del mundo del espectáculo y Cloé solo conocía a Rosa, El S cuidado de Rosa hacia Clod no parecia fingido Asi que la única que podria haberlo hecho, entonces, era Salomé Yáñez.

“¿La hija de Rosa?”

Inés preguntó confundida: “Ella tenia algún problema con Cloe?”

“Hace dos años, esa impostora que Abril Monroy trajo para suplantar la identidad de Vanesa, era el

“¿Cómo?”

“¿Pero ella no es la hija de Rosa? ¿Por qué haría algo así

te estoy pidiendo que

“Está bien.”

los

de lado su curiosdad para volver al asunto principal: “No es fácil indagar Rosa, se dice que solo su

*¿Jennie?”

ceño y

Inds asintió “ST.”

sacudió la ceniza del cigamilo mientras

tipo de

sonno con ironia:

mujeres hablan, tienen más temas de conversación. ¿No es eso lo que

espera y verás. Recuerda cobrar esto aparte,

‘De acuerdo.”

me hard cargo de tus gastos

“¡Gracias, jefe!”

su alegría, Inés pareció recordar algo y con cautela pregunto: “Últimamente, ¿cómo has estado controlando tus emociones? ¿Qué

doctor?”

cercano. Al oir eso, Camilo apagó la brasa del

que Cloé no lo molestara, como la noche anterior que fue tan obediente, podia controlar

Inés preguntó con algo de cautela: “Entonces,

No realmente.”

la mujer se acurruco en sus brazos, susurrando mientras besaba su cuello. Su cabello largo se esparcia, contrastando vividamente con su piel blanca y delicada… Ella jadeaba en sus brank. Una sola mirada era suficiente para encender todos sus deseos. Pero al final, la dejó ir… Temia que ella se amepiniera al despertar Queria

gesto de curiosidad, continu: “No aprovechaste anoche para preguntarle que habla hecho

No.7

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