Capítulo 474

En el camino de regreso a Puerto Nuevo.

Vicente pensaba en cómo Cloé lo habla ignorado completamente hace un momento y no pudo evitar encontrarlo cómico.

Si la suavidad no funcionaba. Todavía tenía la manera más dura.

No podía creer que no pudiera manejar a una mujer.

Solo tenía que hacer que Cloé volviera con Isaac y todo estaría resuelto.

Isaac estaría tan cegado por la felicidad de recuperarla que no se preocuparía por los medios que Vicente utilizó.

Por el lado de Camilo, tampoco era posible que por una mujer, él se peleara con Isaac.

El principito Galindo, solo estaba pasando el tiempo con una mujer.

Vicente había visto esto muchas veces y no creía que Camilo realmente tuviera sentimientos verdaderos por Clo

Mientras reflexionaba, Vicente cruzaba una pierna sobre la otra y marcaba un número en su teléfono, “Hola, soy yo, uses… ¡Carajo!”

importa qué métodos

De repente, el carro frenó bruscamente. Él, sentado en el asiento trasero y sin cinturón de seguridad, fue lanzado hacia el respaldo del asiento delantero por la inercia.

dolor lo hizo querer

que había cruzado

de levantarse, Vicente todavía no se atrevía a mover esa pierna, sudando frío por la frente y mordiendo furiosamente al conductor, “¡Maldición, has estado bebiendo o qué?! ¿Cómo conduces?!”

es así…”

problema, rápidamente explicó, “Señor Benítez, fue el carro de enfrente el que frenó de golpe primero.

“¡Entonces deberías haberlo chocado! ¿Acaso no podríamos pagar

el carro de adelante sin decir nada.

su mirada y vio un Rolls–Royce Phantom con un brillo metálico bajo los faros del

matrícula tenía seis dígitos idénticos.

Mar solo podía pensar en una

Camilo Galindo.

la que iban, si chocaban, no solo no podrían pagar,

presentimiento, justo cuando un hombre vestido con un traje casual negro bajó del auto y se acercó

lo había temido.

se preparó para salir del carro de cualquier manera, pero al intentar moverse, se dio cuenta de que su pierna estaba como si estuviera rota, y el dolor lo

sabiendo que el otro

siquiera se atrevía a mostrar su enfado, y en su lugar ofreció una sonrisa, “Buenas,

él y le dijo: “parece que te apurabas,

usted me buscaba?”

de que su actitud de ‘señor‘ sentado en el carro pudiera malinterpretarse, se apresuró a explicar, “Lo siento mucho, acabo de/lastimarme la

abajo brevemente, “¿Rota?”

su actitud, negó: “No… no creo que esté rota.”

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255