Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 56

La voz del hombre se volvió aún más ronca.

Sostenia la nuca de ella con una mano grande, mientras la otra agarraba su cintura para evitar que se resistiera.

Sus ojos se llenaron de un brillo oscuro y su voz era ronca mientras miraba sus ojos brillantes: “No viniste a trabajar aquí como mesera para ganar dinero?”

Elia no respondió.

No podia refutar lo que decía.

¿Acaso no trabajaba para ganar dinero?

En el instante siguiente, se quedó rigida, sin atreverse a moverse

Las manos del hombre recorrian su cuerpo.

Ella se asustó tanto que se le erizó la piel.

y

eso lo que te gusta? ¡Dices una cosa y

siempre estaba tentando a los

son tan fáciles de

estaba furiosa. Aprovechando que las manos de Asier estaban débiles, se desplomó rápidamente hacia un lado, se tumbó en el sofá y le

de dolor, las manos que la sujetaban se soltaron y cubrió instintivamente la zona

Elia aprovecho para escapar

apresuradamente, sus ojos se volvieron

Sus cejas se fruncieron

a patearlo, qué mujer tan

tan asustada que su corazón latia a mil. Si no fuera porque se mantenia presionándose el pecho, habria pensado

al encargado y le dijo que no

vino, con una comisión de mil pesos. Si aguantas unas horas más

rostro de Elia se enrojeció intensamente y dijo con ansiedad y vergüenza “Un

sonrojado, el encargado entendió lo que quería decir y rio “Eres muy hermosa,

ir más bajo. Por favor, ayúdame à cerrar la cuerita, necesito

dificil o duro fuese, nunca

mantuvo firme en su linea y nunca

cuan dificil fuese, siempre ganaria dinero con su

dinero que no deberia