Capítulo 64

Su frente se amrugó un poco, pero no le dio mucha importancia y siguió caminando.

Bruno lo seguía, su cuerpo tambaleante, con el riesgo de caer en el campo de al lado si se descuidaba. El campo estaba lleno de arrozales, Todo era agua, si caia, quedaria lleno de barro, eso si que sería vergonzoso.

Bruno caminaba de manera inestable porque el hombre delante de él era un ex militar. Asier, habia entrenado habilidades de equilibrio, mientras que Bruno era solo un simple trabajador de oficina.

Naturalmente, sus habilidades de equilibrio no eran tan buenas como las de Asier

Pronto, quedó atrás

Asier se dirigió al cementerio, Bruno todavia estaba luchando por avanzar en el camino estrecho.

Por otro lado, después de rendir homenaje, Rosalinda y Josefina llevaron a los cuatro niños a recoger cañas en el estanque seco para que jugaran.

Las cañas eran muy altas, una vez que entrabas, básicamente no podias ver a las personas.

Junto a la tumba, solo quedaban Elia y Vania.

Elia estaba arreglando el lugar.

demasiado perezosa para mover un dedo, tomó un cojin y

a Elia. Su mirada era un poco fría

voz del hombre era profunda y

mal. Estaba agachada recogiendo cosas, cuando giró la cabeza para

pie frente a ella. El hombre

campo lleno de vida, su apuesto rostro y

lo vio, su corazón latió

los ojos bien abiertos de la sorpresa, tartamudeó: “Asier…

la Capital, en la oficina de

apareció de repente

a ella y respondió:

a Asier, su corazón empezó

estado durmiendo y lo puso a los pies de Asier, para que él se

ver a Vania intentando congraciarse, Elia rodó los

aduladora que podía ser su

sus pies y frunció

se paró en el cojín, sino que pasó por encima de él y fue directamente

dispuestas en paralelo, hechas

las tumbas, con sus ramas colgando, cubriendo ligeramente

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