Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 101

“Para!” grito Maribel.

Elia se detuvo en seco, pero no se volted.

Maribel preguntó de nuevo “¿Qué buscas en la oficina del presidente?”

“Tengo que ver al Sr. Griera, ya que no está en su oficina, volveré más tarde,” respondió Elia, y luego intentó irse.

Las palabras de Maribel la detuvieron de nuevo. ¿Crees que, como conserje de limpieza, tienes derecho a ver al Sr. Griera? Elia, realmente no había visto a una mujer tan descarada como tú, incluso intentas seducir al Sr. Griera.”

Elia tomó una gran bocanada de aire, se giró y miró directamente a Maribel, y le explicó: “Vine a ver al Sr. Griera porque quiero ver la grabación de las cámaras de seguridad del dia en que confesaste tus sentimientos por él para comprobar que no escuché nada de su conversación y que yo no inicié el rumor. Maribel, deberias conocer este dicho, no puedes juzgas a otros por tus propias acciones.”

Maribel entendió de inmediato que Elia la estaba criticando, porque antes ella habia dicho que Elia era descarada.

Maribel apretó los puños, pero no se enfadó, sino que dijo con desden. “La puerta de la oficina estaba abierta, ¿quién puede asegurar que no estabas escuchando por la puerta?”

ojos de la

¡Madre mia!

como alguien que escucha a escondidas

Maribel

llegue el Sr. Griera, solo necesita revisar las grabaciones las cámaras de seguridad y se aclarará

no lo va a desperdiciar buscando grabaciones para ti, olvidate de eso. Elia, si yo fuera tú, admitiria que inicié el rumor y luego me disculparia con el Sr. Griera. Tal vez te perdonaria porque te

no lo admitiré! ¡Encontraré la evidencia para probar mi inocencia!” Dijo

estaba muy molesta

oficina, su móvil sonó, era su

“Jimena, estoy tan

Estaba muy preocupada.

que nuestra alegre y optimista Elia se sienta asi? Cuéntame

había sido injustamente acusada y sobre lo que Maribel le habia dicho, que Asier Griera no le iba a permitir

y necesitaba contarle a Jimena lo que le estaba

preocupes, mamá, aún nos tienes a nosotros,” se escuchó la dulce voz de los niños al otro lado del teléfono, sus palabras hicieron que Elia se

preguntó “Joel,